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Opinión Editorial


La fuerza en la Transición Democrática


Publicación:06-02-2023
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El gobierno quiere borrar la historia de nuestro país y sustituirla desde el poder a través de la creación de nuevos libros.

El gobierno quiere borrar la historia de nuestro país y sustituirla desde el poder a través de la creación de nuevos libros, leyes, discursos, páginas web, ruedas de prensa y hasta libros de texto. Lo cierto es que vivimos un alto riesgo de perder totalmente nuestras libertades y claramente la democracia en México.

La Transición Democrática (la verdadera Cuarta Transformación de nuestro país) ha sido negada por un régimen autoritario que vivimos y sufrimos. Sin embargo, la historia brillante de esa transición tiene nombres, lugares, acontecimientos y episodios épicos, que no serán fácilmente olvidados, por más empeño que ponga el actual gobierno.

Entre quienes hicieron posible la transición, en el ámbito del Congreso, está sin duda Abel Vicencio Tovar. Hace unos días la diputada federal Carolina Beauregard organizó, para quienes pertenecemos al grupo parlamentario de Acción Nacional, la presentación del libro "Transformando a México: Discursos Parlamentarios de Abel Vicencio Tovar".

En 1988, nuestro México estaba en una encrucijada: recurrir a la violencia, el último recurso de los desesperados, o iniciar un camino pacífico hacia la transición democrática. Y un día importante fue la toma de posesión de Carlos Salinas de Gortari.

El discurso, lo recuerdo, fue extraordinario. Como buen maestro, explicó claramente la diferencia entre legitimación de origen y la legitimación de ejercicio. Vicencio acusaba que el entonces presidente "Será ilegítimo hasta el fin de los tiempos", pero le pedía que se legitimara en el ejercicio trabajando por el bien de México.

Bajo la coordinación de Abel Vicencio, la oposición negoció en 1989 la primera reforma electoral de la transición democrática.

Quienes luchamos contra el autoritarismo y el populismo que ha llevado a los mexicanos a una mayor pobreza y mayor debilidad institucional, tenemos que estar conscientes de que nuestra lucha por la libertad y la democracia es una posición no sólo racional sino también espiritual y que será siempre la misma frente a cualquier presidente que intente robarle la libertad y el futuro al pueblo de México.

No nos dé miedo recuperar esa fuerza espiritual que entonces tuvimos y que es necesario que volvamos a tener, hagamos lo necesario para fortalecerla porque nos esperan tiempos recios.




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