Opinión Editorial
La escuela mortal
Publicación:31-03-2023
++--
Contener la violencia escolar es una tarea más que urgente
El lunes pasado a las 10 de la mañana Audrey Hale, una persona transgénero, entró a The Covenant School en Nashville, fuertemente armada, y disparó. Seis personas, entre alumnos y personal administrativo, incluso la directora Katerine Koonce, quien intentó enfrentar a la agresora, fueron asesinadas. Al llegar a la escuela, la policía abatió a la tiradora. Había sido alumna de esa institución y estaba en proceso de reasignación de sexo. Había comprado las armas, entre rifles y pistolas, sin ningún problema.
Por eso, contener la violencia escolar es una tarea más que urgente. Agresiones entre alumnos, entre alumnos y maestros y ex-alumnos, se han mega extendido en las instituciones educativas del mundo, de México y particularmente de Nuevo León. De hecho en Monterrey ya han sucedido casos similares al de Nashville.
Las autoridades educativas pueden decir que nuestros niños y jóvenes perciben o viven de forma cotidiana la violencia en el hogar o en su entorno, pero lo que no se puede permitir es que esta se traslade a las escuelas, porque es por naturaleza el espacio más apropiado para que se reproduzca este tipo de conductas que, si se dejan pasar, terminará por normalizarse o peor aún, como lo afirma Mary McCarthy, "con la violencia podemos olvidar quiénes somos".
Es cierto que las actuales autoridades el estado andan ocupadas atendiendo a un centenar de escuelas sin luz como el Jardín de Niños, Nora Elia Flores Valdez de la colonia Valle de Santa Elena, en Zuazua, N.L. que tiene casi dos años sin servicio eléctrico. Y existe un número mayor de planteles sin agua para las necesidades básicas como la Escuela primaria Obdulia Zamora de la colonia San Bernabé de Monterrey, N.L.
También un 20 por ciento de edificios escolares carecen de equipamiento básico como bancos, pizarrones, sanitarios, gises, borradores, material pedagógico, sanitarios y bebedores funcionales, además de fallas estructurales con grave riesgo para la integridad de alumnos y maestros.
Aun así es necesario atender con urgencia el problema de la violencia escolar que nos rebasa por la izquierda y la derecha y pone en entredicho la infraestructura educativa de primer mundo que presume el gobernador Samuel García en foros internacionales, con el propósito de atraer inversiones extranjeras a nuestra entidad.
Es cierto que la gran mayoría de los funcionarios de la Secretaría de Educación son externos, provienen de otros estados de la República, otros estuvieron fuera de Nuevo León por mucho tiempo y pueden argumentar que desconocían los problemas de las escuelas, el ambiente laboral de los centros educativos y hasta la cultura de trabajo del magisterio de Nuevo León.
Pero ya llevan tiempo suficiente en el cargo como para tomar ritmo, tener un diagnóstico de las condiciones de los planteles, poseer un proyecto educativo y estar trabajando en él. Y en la mejora continua, pero con resultados, con programas específicos y haciendo equipo con los profesores, que son los que conocen el tema y operan en el territorio, en las aulas escolares.
Para contener la violencia que se suscita en las aulas, en los patios de las escuelas y en los alrededores de las mismas, es necesaria la aplicación de programas de operación, no basta con protocolos y reglamentos.
« Arnulfo Vigil »