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Opinión Editorial


La abundancia en los tiempos de la 4T


Publicación:20-05-2023
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La jugada de legisladores de EU escala un peldaño en la tensión bilateral por los abrazos de la cuatroté al crimen

El Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos en días pasados avaló una iniciativa para que el "departamentito" de Estado —AMLO dixit— designe al fentanilo y sus precursores como sustancias reguladas bajo la Convención Internacional de Armas Químicas, un tratado multilateral al cual se han adherido una gran cantidad de países del mundo, que tiene como objetivo prevenir y eliminar su uso así como "...promover la cooperación en la destrucción segura de los arsenales existentes".

La jugada a tres bandas de legisladores estadounidenses escala un peldaño más en la tensión bilateral por los abrazos de la cuatroté hacia el crimen organizado, el desorden, la corrupción y las omisiones en la batalla contra el tráfico de este precursor químico que será epicentro de discordia electoral entre ambos países.

Se asume que en el palacio están (des)informados que las armas químicas se consideran armas de destrucción masiva (WMD por sus siglas en inglés) ya que utilizan sustancias químicas tóxicas que causan daño a los seres humanos, medio ambiente y a los animales.

Asimismo, tienen el potencial de causar una amplia gama de efectos que van desde lesiones graves hasta la muerte y la posesión de éstas, representa una amenaza para la seguridad nacional y global; nótese que esta iniciativa fue aprobada tanto por demócratas como republicanos.

Aún falta que pase por la Cámara Baja y después al Senado para su consideración. Sin embargo, este asunto está en la hoja de ruta de ambos partidos.

El fondo de la bola rápida estadounidense pretende golpear de paso al régimen chino con quien Estados Unidos mantiene una tirante relación y con el tropezón del Presidente mexicano, quien mostró su nulo talento diplomático culpando a Xi Jinping de permitir el tráfico ilegal de fentanilo, se está pavimentando un camino que es estratégicamente peligroso para México.

Basta hacer un análisis de cuál sería el efecto de que esta iniciativa tome forma y que en la lucha contra el fentanilo considerado ya como arma química sustente y justifique en la comunidad internacional el hard power estadounidense para mostrar su capacidad de poderío de manera más directa y tangible.

Y poco margen de maniobra tendrá la cuatroté inmersa de lleno en la disputa por el poder sin poder elaborar un análisis serio del riesgo latente.

Hoy con el ánimo de distraer del desastre transformador, para López Obrador y su rebaño descarriado el problema se agrava por la cantidad de frentes abiertos que golpean, entre muchas otras cosas, su línea de flotación discursiva sobre la corrupción.

Los excesos los colocan en la vitrina de la simulación presumiendo orgullosos que no son iguales, sino peores. La tolerancia para los suyos a merecer abundancia entra de lleno en la esfera del cinismo utilizado para desviar la atención de sus acciones y negligencias manipulando el discurso público.

El sello de la casa de tolerar la corrupción afectando la funcionalidad de áreas estratégicas de gobierno y de control interno y, en esa ruta se atropella la ley, se erosiona la confianza pública fomentando la impunidad y se eleva la polarización.

Hoy, el disparador de la desconfianza anida en esa burbuja presidencial que en el corto plazo será detonador de un conflicto abierto.

Es sólo cuestión de tiempo.



« Marcela Gómez Zalce »