banner edicion impresa

Opinión Columna


¿Insistir, persistir, resistir y nunca desistir?


Publicación:14-03-2019
version androidversion iphone

++--

Es clave no permitir que nadie interfiera en las decisiones y menos que las críticas por ello nos afecten

Todos en algún momento hemos escuchado o aplicado la filosofía de “Insistir, persistir, resistir y nunca desistir”. Esta una frase pegajosa -muy fácil de aprender y recordar- pero que encierra un estilo de vida y apunta de alguna forma a la resiliencia, por lo cual, se ha vuelto un estandarte de la motivación y superación personal, así como de colectivos luchando por alguna causa. Sin duda alguna, esta frase ha inspirado y motivado a muchas personas alrededor del mundo a lograr sus metas y planes, que a pesar y por encima de las circunstancias o lo difícil que pudiera ser el camino, luchan hasta conseguir aquello que se han propuesto.

Frases como esta las usamos para llenar nuestros pensamientos de motivación y animarnos ante la adversidad; para tener la fuerza y el impulso de levantarnos las veces que sean necesarias después de cada caída; sin duda, este tipo de frases motivacionales que nos dicen que “Rendirse no es opción” nos ayudan a evitar caer en la desesperación y a ver hacia adelante.

En muchos casos funcionan, en otros, mínimo nos hacen sentir menos mal ante alguna situación compleja, motivando y dándonos esa fortaleza que necesitamos en ese momento de debilidad para seguir, no importa que la cuesta cada vez sea más difícil o que simplemente no podamos avanzar, estamos convencidos que si las cosas fueran fáciles cualquiera las haría, por eso a pesar de lo mal que podamos estar pasando, insistimos y resistimos.

No importa si nuestro estado de salud, emocional o económico pueda ser cuestionable, al final soñamos con recibir nuestra recompensa, haber logrado aquello en lo que persistimos, sin embargo, hay momentos que nos hacen dudar, nos cuestionamos si vale la pena seguir adelante, incluso hay situaciones que nos hacen poner un freno temporal o permanente.

¡Nunca desistir!, ¡Rendirse está prohibido!, estas frases te bombardean en múltiples formas y canales, ya sea como pensamientos y meditaciones que te llegan de forma consciente o subconsciente confrontando una lucha interna entre lo que quieres, lo que puedes y lo que debes hacer.

Las presiones externas de familiares, amigos o compañeros no aportan mucho en la toma de decisiones personales y más si se trata de poner un alto o renunciar a algo por lo que has luchado, e incluso aunque no sea una decisión tomada voluntariamente sino forzada por las circunstancias.

Mucho se habla de luchar, seguir adelante, de nunca rendirse, la resiliencia y las capacidades que debemos desarrollar para avanzar en el camino a pesar de la adversidad, nos asusta mucho hablar de renunciar o rendirse, porque lo asociamos erróneamente al fracaso.

Hay ocasiones que ciertas actividades o proyectos consumen parte de nuestra vida y no de forma positiva, es importante prestar atención a ciertos síntomas que nos indican que es hora de cuestionarnos si vale la pena seguir o generar un cambio. Hay que saber cuándo es tiempo de parar. Debemos aprender y entender que saber poner un alto no es estar fracasando, sino recuperando el control de nuestra vida antes de que un proyecto o situación sean quien nos controle.

¿Cuándo debemos renunciar a algo?, es importante saber detectar situaciones que comprometen nuestra salud física o emocional, como por ejemplo cuando algo nos genera mucho estrés, o sentimos que hagamos lo que hagamos no se logra obtener un resultado positivo, cuando estamos frecuentemente a punto de explotar y al límite de nuestra resistencia, cuando frecuentemente sentimos ansiedad, o cuando hay otras personas involucradas y la relación interpersonal con ellas es negativa e insalvable.

Antes de tomar una decisión, es importante ser muy honestos con nosotros mismos cuando llegue ese momento en que detectamos alguna señal o nos cuestionemos de forma personal si debemos renunciar a aquello que nos había entusiasmado tiempo atrás pero ahora ya no, la honestidad con la que evaluemos la situación es la que va a diferenciar entre un fracaso o una decisión acertada. No es lo mismo desistir por no encajar en un proyecto, relación, negocio o cualquier situación que nos genera conflicto interior, a hacerlo porque simplemente no queremos hacer un esfuerzo frente al primer obstáculo que se nos presenta.

Al renunciar o desistir no estás fracasando si lo haces porque hay situaciones que te superan y ponen más allá del límite, desbordando tus capacidades físicas, emocionales o económicas. Si a pesar de los obstáculos has puesto el mayor esfuerzo en salir adelante y sobreponerte a caídas, si el tomar la decisión genera incomodidad, pues no es fácil poner un alto a aquello que te ha costado, pero que si no lo haces terminará por consumirte.

Decidir poner un alto es difícil, se mueven todo tipo de emociones y sentimientos, sobre todo cuando renuncias a algo por lo que en algún momento luchaste, cuando desistes de tus metas, tus sueños y planes ya sean en el plano profesional o personal. Hay que saber parar y pasar la página a tiempo.

Cuando recurrimos a agentes de motivación externa como frases o libros -entre otros- se debe hacer para usarlos como apalancamiento y refuerzo de nuestra motivación interior, no para ser usados como guías infalibles por encima de nuestro bienestar. La motivación interna o externa es la herramienta más poderosa que tenemos para llegar lejos y conseguir metas, sin embargo, hay que saber cuando la insistencia y persistencia son producto de una fuerza que nos impulsa a avanzar o solo es un reflejo de orgullo y terquedad que terminarán hundiéndonos y si esto pasa entonces sí habremos fracasado.

Es clave no permitir que nadie interfiera en las decisiones y menos que las críticas por ello nos afecten, no se es menos valiente o menos capaz por saber retirarse a tiempo. No permitamos que nadie nos diga que no podemos renunciar, cuando es una necesidad justamente para seguir nuestro camino con nuevos planes y proyectos que realmente nos llenan, es momento de dejar que las presiones externas nos digan qué hacer cuando nosotros sabemos muy bien lo que queremos, debemos y podemos hacer.

¡Insiste, persiste, resiste, evalúa y si es necesario desiste!

Twitter: @cristobelizondo
facebook.com/CristobalElizondoEnContacto



« Redacción »
Cristóbal Elizondo


Publicaciones del autor