Hoy hoy hoy, iniciaron las campañas de los candidatos a puestos de nivel federal: la Presidencia de la República, el Senado y el Congreso de la Unión. Una vez apuntados y respaldados por sus respectivos partidos o alianza partidista, los candidatos enseñan sus armas, sus estrategias y sus métodos, en los que estuvieron trabajando, se supone, en todos estos meses desde inicio de año. 

Para la Presidencia de la República están apuntados la favorita Claudia Sheinbaum por el partido Morena y sus aliados, que cuenta con todo el apoyo del actual presidente; por el bloque opositor, llamado PRIANPRD la candidata es Xóchitl Gálvez, cada día convertida en hilarante meme, y por Movimiento Ciudadano, Jorge Alvarez Máynes, conocido chapulín político cuyas posibilidades de acceder al trono son francamente nulas.

Por Nuevo León, rumbo al Senado, se dice que la lucha frontal va a ser entre las duplas formadas por Waldo Fernández, ex diputado local, y Judith Díaz, por Morena, que llevan las preferencias, y por Movimiento Ciudadano, el inepto Luis Donaldo Colosio y Martha Herrera, con segundas posibilidades. Para desgracia de los regiomontanos y no pocos ciudadanos de otros estados, Luis Donaldo será senador porque va en la lista plurinominal. (Lo están preparando para algo más grande con el devenir de los tiempos.) Y por el bloque opositor no hay nombres que puedan disputar las preferencias establecidas. 

Las promesas y las tablas de salvación de un país que quieren recuperar los millonarios y los conservadores serán el canto de las sirenas. Los candidatos dirán yo soy el bueno, el salvador, el mero mero, que arreglará de una vez por todas el desbarajuste. Y al llegar al trono se olvidan de lo prometido y votan a favor para aumentar su dieta, su sueldo, los viáticos, los bonos, fuere de cualquier partido. Ahí sí todos coinciden.  

La candidata puntera a la presidencia Claudia Sheinbaum, con todo el apoyo del aparato de estado, será, sin lugar a dudas, la primera mujer presidente de México. Será histórico. Y su responsabilidad será doble de inicio: hacer un buen trabajo y demostrar la capacidad política de las mujeres. Y su tarea principal será: combatir la delincuencia, la de las bandas criminales y los cárteles de la droga, de los empresarios voraces que se frotan las manos para que la candidata Xóchitl les devuelva sus privilegios y engorde sus fortunas y de los funcionarios manos largas. Y desde luego el combate a la impunidad.  

Nuevo León con su voto hará llegar al trono a una presidente, tres senadores y 14 diputados federales. Ellos serán la representación ciudadana de Nuevo León en los principales puestos políticos del país. Y sin duda, los protagonistas de la camorra contra el poder ejecutivo local que se desatará llena de ira, incluido Colosio, quien a todas luces es enemigo de Samuel García. 

Muchos analistas han calificado la presente elección, que se llevará a cabo el 5 de junio próximo, como la más importante de la historia reciente del país. Razones no les faltan ni les sobran. El actual presidente Andrés Manuel López Obrador dio un viraje de 180 grados al rumbo de la nación dando preferencia a los ciudadanos pobres, olvidados por el sistema neoliberal, sin detrimento de los grandes empresarios, que ya no fueron los privilegiados y los que hacían granees fortunas económicas vendiendo chatarra. Por otro lado, esos mismos sectores lanzaron a la candidata Xóchitl, una especie de India María truculenta, para recuperar los privilegios perdidos. 

      Eso es lo que está en juego.