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Opinión Editorial


¡Gracias maestras y maestros del cambio!


Publicación:16-05-2023
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Mediante la educación nos compete a todas y todos hacer realidad los principios del carácter democrático, igualitario, laico, plural, justo e incluyente

"Las maestras y los maestros son agentes fundamentales del proceso educativo y, por lo tanto, se reconoce su contribución a la trasformación social".

Artículo Tercero de la Constitución Política Mexicana.

     El 15 de mayo de 2019, gracias a la perseverante lucha del movimiento magisterial, se logró derogar la contrarreforma laboral disfrazada de educativa, que conculcó derechos humanos y laborales de las y de los trabajadores de la educación, además de criminalizar a sus dirigentes.

     

     A un lustro de que la coalición Juntos Haremos Historia cumpliera el compromiso presidencial de AMLO con maestras y maestros, nuestro rol es ser -precisamente- agentes de cambio y contribuir a la transformación de México.

     

     Mediante la educación nos compete a todas y todos hacer realidad los principios del carácter democrático, igualitario, laico, plural, justo e incluyente de nuestra República, así como consolidar el proceso de reconstrucción social, política, económica y cultural, para poder vivir en un Estado de Derecho.

     

     Tal y como lo establece la reforma constitucional educativa, los maestros y las maestras estamos obligadas y tenemos derecho a... 

     

     1.- Acceder a un sistema integral de formación, de capacitación y de actualización retroalimentado por evaluaciones diagnósticas, para cumplir los objetivos y propósitos del Sistema Educativo Nacional y lo que disponga la Ley del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros en sus funciones docente, directiva o de supervisión. 

     

     2.- La admisión, promoción y reconocimiento del personal a través de procesos de selección a los que concurran los aspirantes en igualdad de condiciones fijadas por la Ley, serán públicos, transparentes, equitativos e imparciales y considerarán los conocimientos, aptitudes y experiencias necesarios para el aprendizaje y el desarrollo integral de los educandos. 

     

     3.- Los nombramientos derivados de estos procesos sólo se otorgarán en términos de la Ley y en ningún caso afectará la permanencia de las maestras y los maestros en el servicio. El Estado fortalecerá a las instituciones públicas de formación docente, de manera especial a las escuelas normales.

     

     4.- Los planteles educativos representan el espacio fundamental para el proceso de enseñanza-aprendizaje. El Estado garantizará que los materiales didácticos, la infraestructura educativa, el mantenimiento y las condiciones del entorno sean idóneos y contribuyan a los fines de la educación.

     

     5.- Será considerada nuestra opinión en los planes y programas de estudio, los cuales deberán contemplar realidades y contextos regionales y locales, así como tener perspectiva de género y una orientación integral, por lo que incluirá el conocimiento de las ciencias, de las humanidades, etc. etc.

     

     6.- Para realizar estudios, investigaciones y evaluaciones del Sistema Educativo Nacional y del desarrollo del magisterio, el desempeño escolar y los resultados de aprendizaje, se creará el Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación, un organismo público descentralizado autónomo.

     

     Todas estas disposiciones en nuestra Carta Magna representan avances en la gran causa por la educación popular revolucionaria y en el compromiso del movimiento urbano popular para impulsar esta lucha del pueblo, especialmente por el desarrollo educativo de los sectores más humildes y marginados; es decir, comunidades campesinas, indígenas o suburbanas.

     

     Es importante señalar que donde el empuje de las masas del pueblo se hace patente, los y las profesoras estamos llamadas a organizar a la comunidad y ser la fuerza impulsora del cambio. Así ocurrió hace 50 años en la Colonia Tierra y Libertad, al tomar la decisión de construir nuestras propias escuelas con enramadas, con piedras como pupitres y el pizarrón colgado de un árbol.

     

     Este sacrificado esfuerzo colectivo nos dio sentido de unidad y de trabajo para lograr condiciones básicas de vida comunitaria digna, donde cristalizamos sólidos proyectos sociales y educativos de jardines de niños, escuelas primarias y secundarias, escuelas de Artes y Oficios y Centros de Desarrollo Infantil (CENDI), así como la Preparatoria y Universidad Emiliano Zapata.

     

     ¡Muchas gracias maestras y maestros del cambio! ¡Gracias por su invaluable beneficio a la comunidad y profunda solidaridad social!  



« Lupita Rodríguez Martínez »