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Opinión Editorial


Es migración crisis y oportunidad


Publicación:14-11-2024
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La migración es una realidad que se ha deshumanizado enfocándola en números y barreras en lugar de en la dignidad de las personas

La migración es uno de los temas más críticos en la relación entre México y Estados Unidos. Aunque siempre ha sido un asunto complejo, la falta de acuerdos bilaterales sostenibles podría escalar la situación a niveles que impacten gravemente la economía mexicana y, además, agraven la ya existente crisis humanitaria.

Trump ha sido muy claro en su postura: reducir el número de migrantes a Estados Unidos bajo argumentos relacionados con la identidad nacional, seguridad y economía. Y como muestra de su decisión de actuar con energía, nombró como "zar fronterizo" de su próximo gobierno a Thomas Homan, quien ya estuvo al frente del servicio de migración y aduanas e implementó la política de "tolerancia cero" que separó a miles de niños de sus padres. También está el nombramiento de Kristi Noem, gobernadora de Dakota del Sur, como Secretaria de Seguridad quien ha respaldado públicamente los planes de Trump para restringir el ingreso de migrantes indocumentados y encabezará la agencia para las deportaciones masivas. Noem envió tropas de la Guardia Nacional a la frontera entre México y Texas como gobernadora.

Según declaraciones del próximo vicepresidente J. D, Vance, se podrían expulsar hasta un millón de personas al año; la deportación masiva más grande de la historia.

Trump ha hablado de continuar con el muro, endurecer las políticas de asilo, militarizar la frontera e imponer aranceles elevados a los productos mexicanos. Se le olvida que los migrantes regularizados pagan impuestos y pueden trabajar en sectores con déficit de mano de obra como la agricultura y la construcción. Se calcula que 12 millones de migrantes mexicanos de primera generación residen en Estados Unidos. Esto equivale aproximadamente al 30 por ciento de la fuerza laboral hispana. En lugar de una amenaza, la migración bien gestionada puede ser una oportunidad económica.

Según encuestas recientes, un 78 por ciento de los estadounidenses considera la situación migratoria como un problema significativo, y el 80 por ciento opina que el gobierno no ha manejado la crisis adecuadamente. Un estudio del Centro de Investigaciones Pew señala que un 22 por ciento de los estadounidenses percibe el aumento de migrantes como una carga económica, ya que utilizan servicios de salud, educación, y otras asistencias sociales. Estos números, aunados a los costos, representan una fuerte presión al gobierno de Trump de actuar con energía. Además, fue un tema central en su campaña para las elecciones 2024.

En Estados Unidos, el gasto destinado a patrullas fronterizas y seguridad migratoria ha llegado a niveles récord. En 2023, se destinó alrededor de 25 mil millones de dólares para la administración de la frontera, detención, y deportación de migrantes. 

En México, los costos de la gestión migratoria han aumentado considerablemente en los últimos años. En 2023, el gasto destinado a albergues, seguridad y control de migración en zonas fronterizas se ha estimado en más de un mil 200 millones de pesos mexicanos. Este monto cubre desde operativos de vigilancia y deportación hasta la manutención de migrantes en albergues.

A pesar de estos altos costos en ambos países no se cuenta con políticas migratorias eficientes.

Muchos migrantes no buscan simplemente una mejor vida, sino que huyen de condiciones insostenibles en sus países de origen; lo hacen por situaciones asociadas a violencia y falta de empleo, de educación y de servicios de salud. 

Cada vez más, la migración está impulsada por el cambio climático, especialmente en zonas de Centroamérica donde las sequías y tormentas recurrentes destruyen comunidades enteras y medios de subsistencia. La respuesta política no ha integrado suficientemente este factor, a pesar de que se prevé que la migración climática aumente significativamente en las próximas décadas. Las políticas de refugio y asilo no están diseñadas para enfrentar esta nueva realidad.

Y por si fuera poco, durante el trayecto que además de ser muy costoso por el "coyotaje", los migrantes padecen violencia, enfermedades, desamparo y discriminación; son víctimas de secuestros y extorsiones por parte de los traficantes de personas. 

Además, los migrantes en tránsito ponen presión sobre recursos locales y servicios de salud en ciudades que muchas veces no cuentan con apoyo suficiente del gobierno central. Esto impacta la economía local y aumenta la tensión social en regiones ya vulnerables.

La implementación de políticas punitivas, como la militarización de la frontera o las deportaciones masivas, muchas veces termina por exacerbar el problema. 

La migración es una realidad que se ha deshumanizado enfocándola en números y barreras en lugar de en la dignidad de las personas, y en identificar y trabajar en áreas de oportunidad de desarrollo en los países de origen.

Es evidente que se requieren planes diferentes. "La pelota" está en la cancha mexicana.

Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com





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