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Opinión Editorial


El PRI se recupera


Publicación:22-01-2021
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Contra los agoreros del desastre, dice la frase célebre, el PRI todas las posibilidades de salir airoso en la presente contienda electoral

Contra todo pronóstico de los adversarios y malquerientes y de algunos intelectuales y líderes de opinión con gafas, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) es como el ave fénix: renace de pronto en medio de condiciones adversas. Y levanta el vuelo.

Después de dos sexenios vestidos de azul, pintados de azul, el PRI se repuso y se colocó en la silla mayor de la presidencia. Quien ganó, deberá ser juzgado por su desempeño, no por pertenecer al PRI.     

Y sigue posesionado en un gran terreno tanto del país como de Nuevo León. Hay hondas raíces tricolores en los municipios de Apodaca, Guadalupe, Escobedo, Juárez. Sí, en algunas ocasiones lo han despedido de la casa. Pero después entra por la puerta grande.

No es en vano. El PRI a fuerza de años y años se ha convertido en una conciencia social, en una forma cultural: no una opción política como hay otras sino es la opción. Las instituciones de las que hoy se goza en México fueron edificadas por los gobiernos emanados del PRI. El nacionalismo, los símbolos patrios y hasta el folklore nacional fueron inculcados por gobiernos emanados del PRI

      La lección inmarcesible aprendida por todo mexicano es el respeto a la Independencia de México, a la Revolución Mexicana, a la batalla del 5 de mayo, a la expropiación petrolera. Y fue enseñada por el PRI a través de sus gobiernos. Y de su sistema educativo tan valioso. Y de sus maestros. El PRI es una formación cultural arraigada en la conciencia del mexicano.      

No es reciente. A través de su origen, precisamente en la Revolución Mexicana, el PRI ha evolucionado conservando ese valor: el de la Revolución. En 1929 era el Partido Nacional Revolucionario, que aglutinó todas las fuerzas de la Revolución. Y comenzó las instituciones que nos han dado orgullo. En 1938 mutó a Partido Revolucionario Mexicano para estar acorde con las exigencias que los tiempos requerían. Y amplió su militancia y creó los sectores. En 1946 adoptó su nombre actual: Partido Revolucionario Institucional, trasladando la Revolución a la Institución. 

      Instituciones verdaderamente revolucionarias en salud, en educación, en infraestructura vial, en lo agropecuario, en los sistemas hidrológicos, en el desarrollo urbano. De tal manera que por la historia compartida es parte orgánica de la mentalidad  de los mexicanos.  

      Es cierto, se han cometido errores. A veces se ha desviado el camino. Se ha confundido el gobierno con el partido. Y ha habido militantes, funcionarios de primer nivel que han manchado el legado del PRI. Ha habido traidores, mercenarios, bucaneros, apóstatas. Pero son ellos, no el partido.  

De la misma manera ha habido priistas que han enorgullecido al partido y a México: Lázaro Cárdenas (antes del PRI), José López Portillo, Ignacio García Sáenz, Jaime Sabines, Griselda Alvarez, Jorge Treviño Martínez, Sócrates Rizzo García.     

Contra los agoreros del desastre, dice la frase célebre, el PRI todas las posibilidades de salir airoso en la presente contienda electoral. 



« Arnulfo Vigil »