En dos ocasiones han torturado mujeres en el palacio de gobierno del Estado de Nuevo León. La primera vez el 10 de abril de 2022, la segunda el 8 de marzo de 2023.

Al parecer en este estado solamente las marchas feministas concluyen con episodios de tortura al interior del Palacio. Las gruesas paredes sirven para esconder lo que condenamos en lo público.

Muchos cortos, videos, trípticos, cursos condenan la violencia hacia las mujeres; pero ninguno habla de las violaciones a derechos ejercidas por el mismo gobierno hacia sus ciudadanas.

Durante la noche del 8 de marzo también detuvieron y torturaron a cuatro menores de edad de complexión delgada. Les dijeron palabras altisonantes, continuaron los golpes, los amarraron, les amenazaban con desaparecerlos. En un estado con un alto numero de desapariciones esto preocupa y mucho. En un estado con alta violencia contra las mujeres, que nos coloca siempre en los terribles primeros lugares es preocupante.

Si el estado golpea mujeres impunemente el mensaje a los ciudadanos y ciudadanas es que también pueden hacerlo sin tener de que preocuparse. Si en lo público humillan a manifestantes arrastrándolas, no me imagino en lo privado.

Nadie puede hacerse justicia por si mismo, eso dice la ley, pero no se respeta. Ningún manifestante tuvo un juicio o un proceso adecuado, fueron culpables desde que pisaron la explanada de los héroes, cuando los arrastraron del cabello, mientras los torturaban y ahora en las redes sociales siguen sentenciados por la opinión pública, sin pruebas, sin nada, solo la culpa de salir de sus casas, de no callar. Todas las personas tienen derecho a un debido proceso. La prohibición de la tortura es absoluta y no se suspende, ojala a las autoridades se les recuerde esto.