Dicen los que dicen que saben, que en política no hay casualidades. Y si no lo quiere creer hay le va un dato más que interesante.

Sobre todo con el tan cacareado asunto de la crisis del agua en Nuevo León y las obras hídricas del Estado, apoyado por la Federación.

Pues ante la premura de ellas, casualmente afloraron las protestas y se multiplicaron por casi todos los polos de la entidad.

Y aunque se continúa con los ajustes y las presas no han encontrado la recuperación esperada, los bloqueos "desaparecieron".

Eso que se aplicaron diversas medidas de restricción y de administración del servicio domiciliario, para no acentuar la crisis.

Pero independientemente de ello, como por arte de magia, porque dicen que aún persisten las fallas, se tranquilizaron las aguas.

Las protestas, los reclamos, los bloqueos, los pleitos con automovilistas y demás, ahora que llueve, "se acabaron los quejosos".

El reloj de arena se agota y es fecha que la relación del Gobierno estatal y el Poder Legislativo sigue igual de tirante.

Y aunque la liga tiene meses a su máxima expresión, la distancia entre ambos poderes parece ser el dominante.

Por lo que la postura entre las partes en conflicto, guste o no, llevan caminos contrarios que los aleja de la conciliación.

Y que en el peor de los casos, indican que Samuel García, a menos que disponga otra cosa, dejará NL con sus maletas por inversiones.

Dejando a los legisladores del PRIAN que buscan hacerle manita de puerco, para que rinda cuentas de su Segundo Informe, vestidos y alborotados.

Ayer en la tarde-noche, decenas de motociclistas por segunda ocasión en quince días, tomaron importantes arterias de Monterrey llamando la atención de propios y extraños.

¿Acaso no habrá autoridad alguna en la localidad que tome cartas en el asunto para abanderarlos, apoyar a los conductores que se ven afectados y evitar riesgo?

La primera ocasión circularon en contra por Venustiano. Y ahora bajaron de San Pedro por el Atirantado, Morones Prieto, Miguel Alemán y Constitución, provocando caos.

El que ya anda presumiendo las imágenes de la reunión encabezada por Claudia Sheinbaum y Mario Delgado en Matamoros, Coahuila, es el guadalupense Keño Villarreal.

Y con eso de que Keño es coordinador político de circunscripción de Claudia X México, anda como trompo chillador apoyando la causa y aquello de las encuestas.

Amén de sus buenas migas con la suspirante presidencial, con quien tiene buenas migas y el líder nacional morenista, ni se diga, por lo que vale seguirle la huella.

Los que dicen traen una molestia muy clavada con las autoridades locales, son los hoteleros.

Sobre todo aquellos ubicados en lo que se conoce como zona rosa y que padecen obras municipales.

Especialmente cuando las obras viales y peatonales no han logrado avanzar como se tenía programado.

Y que ahora con las lluvias se han visto entrampadas en su tramo de Ocampo, entre Juárez y Zaragoza.