Opinión Editorial
Diablo Veytia y EU van por el narco-Estado
Publicación:12-02-2023
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En 2025 Estados Unidos necesitará nuevos villanos para juzgar.
En 2025 Estados Unidos necesitará nuevos villanos para juzgar.
A veces creo que quienes forman parte del primer círculo del Presidente son muy ingenuos, pero luego lo pienso bien y me doy cuenta de que no se trata de un asunto de candidez sino de desinformación (por no decir de ineptitud): no tienen ni la menor idea de lo que está sucediendo en Brooklyn, en el juicio contra Genaro García Luna, ese caso que tanto festejan cada mañana.
Luego vuelvo a dudar, porque asumo que Marcelo Ebrard algo habrá aprendido durante estos años acerca de lo despiadados que son los funcionarios estadunidenses cuando se asumen como los sheriffs del planeta que persiguen villanos extranjeros para desviar la atención de sus severos problemas internos, en particular de la pandemia de drogadicción de padecen millones de sus ciudadanos y la epidemia de decenas de miles de muertes que eso provoca cada año.
A Estados Unidos no le gusta nada perder guerras. Eso, a los estadunidenses, los pone muy mal. Los enfurece, los humilla, los deprime, les roba identidad, tal como les sucedió en Vietnam. Pero la peor de las guerras que cada día pierden es esa incontrolable serie de batallas silenciosas que se desarrollan en su propio territorio, la guerra de las drogas perdida en cada estado, en cada condado, en cada ciudad donde combaten sus fuerzas. Es una conflagración contaminante y expansiva con bajas tremendas que suman cientos de miles de vidas perdidas en los últimos diez años (cien mil en el último año).
¿Qué hacer ante semejante derrota interna que data de la época de Richard Nixon, de junio 1971? ¿Cómo gestionar esa catástrofe política, militar, policial, judicial y de salud que tiene casi 52 años de millonarias pérdidas en vidas y dinero y sonoras derrotas militares y policiales? Haciendo lo que mejor saben hacer en su calidad de spin doctors: desviar la atención y llevar la guerra a otro lado (al menos en el imaginario colectivo), a la búsqueda de villanos extranjeros que resulten accesibles para ser llevados ante la justicia.
En la Corte Este de Brooklyn es el gobierno de Felipe Calderón, pero también el de Enrique Peña Nieto el que está en el banquillo de los acusados. Y algo más, pequeño detalle: es el Estado mexicano, personificado en el encargado de perseguir a los malos en todo el país (García Luna con Calderón, supuesto aliado del cártel de Sinaloa) y en un fiscal que en realidad era un narco con placa, Edgar Diablo Veytia, ex fiscal de Nayarit con Peña Nieto, confeso de que trabajaba para el cartel de los Beltrán Leyva.
¿En cuántos encuentros estuvieron García Luna y Veytia con altos mandos del Ejército, la Marina, la Policía Federal, el Cisen y Gobernación? ¿Cuántos documentos clasificados se le compartieron al supercop y al fiscal? Y lo más importante: ¿nadie sabía nada de lo que hacían estos funcionarios? Si en los gabinetes de seguridad de Calderón y Peña Nieto nadie sabía nada, muy mal, pero si sabía alguien o todos sabían y no hicieron nada, peor.
Imagine usted un caso similar con el encargado del FBI, el titular de la DEA y el Fiscal de California, de Florida, o del estado que usted quiera; imagine usted el escándalo que se hubiera generado en los medios estadounidenses y la crisis institucional que se hubiera desatado en el gobierno federal de ese país: Estados Unidos de Narcoamérica, diríamos.
El Presidente y su canciller no se enteran de que quizá algunos de los miembros del gabinete mexicano de hoy… Estados Unidos intentará llevarlos mañana a la celda del Diablo. O a la del supercop García Luna. ¿Por qué? Porque la guerra narca continua aquí y allá y en 2025 Estados Unidos necesitará nuevos villanos para juzgar. ¿Quiénes serán los elegidos? Los narcoterroristas mexicanos que con sus drogas matan estadunidenses, y claro, quienes sean asumidos como sus cómplices durante este sexenio.
Pero bueno, sigan festejando sin el menor rigor en las mañaneras.
« Juan Pablo Becerra-Acosta »