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Opinión Editorial


Delito de fraude por boletos falsos


Publicación:02-12-2022
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En los últimos años hemos visto que la reventa de boletos de espectáculos ha tenido un alza en la práctica, pues es una actividad altamente rentable

El Estado de Nuevo León es uno de los estados con mayor influencia en la actividad artística, deportiva y cultural de México, debido a su geolocalización, densidad poblacional, nivel adquisitivo de la ciudadanía y alto nivel de infraestructura que permite la realización de eventos y espectáculos masivos. Esto ha desarrollado durante los últimos años una actividad de suma importancia para la economía de quienes vivimos aquí, especialmente para los ciudadanos que habitan en la zona metropolitana de Monterrey.

Así mismo la economía de los conciertos y eventos deportivos que son en su mayoría los que se dan en nuestra área metropolitana, están alterando la forma en cómo vivimos, cómo hacemos nuestros planes de vida y especialmente cómo ahorramos para poder tener un acceso a un evento de tal magnitud, dado que es muy conocido que este tipo de actividades no son para nada de bajo costo.

En Monterrey, Nuevo León y su área metropolitana se llevan a cabo al menos 200 eventos al año de diferente índole, trayendo consigo una derrama económica para las empresas locales que se dedican a la organización de los mismos, ingresos para los estadios, arenas, plazas y parques en los que se llevan a cabo así como a sus trabajadores, ganancias altas para quienes desempeñan una actividad económica formal o informal alrededor y dentro de los eventos y hasta para quienes se dedican a la reventa de boletos, tickets o accesos a los espectáculos.

Por contraparte, este último ejemplo citado en el párrafo anterior se ve ligado a un fenómeno delictivo que ha traído consigo diferentes situaciones desafortunadas y lamentables para quienes deciden adquirir un boleto o entrada a través de un intermediario más conocido como “revendedor”, pues independientemente que resulta mucho más elevado su precio, se ven en la necesidad de correr un alto riesgo en tanto que su boleto adquirido sea auténtico o apócrifo.

En los últimos años hemos visto que la reventa de boletos de espectáculos ha tenido un alza en la práctica, pues es una actividad altamente rentable para quienes la desempeñan ya que hemos sido testigos que en la mayoría de los casos los precios rebasan desde el 100 al 200% del precio real, según sea el artista, equipo etcétera.

La significativa alza de precios de los eventos masivos se debe en gran medida aparte de la calidad de los artistas, a la alta demanda que se presenta a través de las redes sociales en donde ahora se publican y revenden boletos al por mayor, sin ninguna seguridad para los usuarios compradores.

 En los últimos meses hemos sido testigos de grandes conciertos como fue el caso de los conciertos de los artistas: Coldplay,  Aerosmith, Harry Styles, Daddy Yankee, en donde cientos de personas fueron estafados con boletos falsos. Caso que muy probablemente sucederá con algunos que están próximos a presentarse como el conocido artista Bad Bunny, en donde los precios han rebasado hasta los 30 mil pesos en reventa, y dado su alto grado de fama y talento han impactado en gran medida en las redes sociales, atrayendo a miles de compradores locales y nacionales hacia los revendedores.

Teniendo lo anterior, somos conscientes que este tipo de actividad representa un peligro inminente para quienes compran este tipo de entradas, pues en un casi 70% se trata de boletos apócrifos, situación que queda fuera de toda regulación, pues al tratarse de un tipo de compraventa informal no existen los mecanismos que protejan los derechos e intereses económicos de quienes los adquieren.

Expuesto lo anterior las autoridades deben ser conscientes del grado delictivo que esto representa, pues no solo se viola el derecho a la recreación, sino que recae en una situación de fraude y estafa, la cual debe ser prevenida y en su caso castigada. Ahora bien, es necesario estimar que, aún y cuando se trata de un acto de comercio por consentimiento mutuo de las partes, la reventa de boletos apócrifos debe ser motivo de sanción para quienes lo llevan a cabo.

Por otro lado, el Estado como salvaguarda de los derechos de los ciudadanos que ilusionan con deleitar un espectáculo de sus artistas debe crear condiciones de confiabilidad para quienes han decidido adquirir un ya en su mayoría escaso boleto, por lo que es preciso tener un padrón actualizado por parte de las autoridades de seguridad sobre quienes realizan actividades delictivas con este género en donde la ciudadanía pueda consultar y ser más cauteloso a la hora de comprar.



« Eduardo Leal Buenfil »