banner edicion impresa

Opinión Editorial


Debate sobre las armas


Publicación:16-06-2022
version androidversion iphone

++--

Desde luego, limitar la venta, tenencia y portación de armas es necesario y urgente, pero sería mejor no tenerlas para fines recreativos o de defensa personal

“Si quieres la paz, prepárate para la guerra” es una expresión popular en el mundo militar. Es contradictoria pero refleja una parte del debate en Estados Unidos sobre el control de armas.

Aunque la discusión no es nueva entre demócratas y republicanos, y la población en general, el tema se avivó después del tiroteo masivo en Uvalde, Texas, donde un joven mató a 19 menores y dos adultos en una escuela primaria. Salvador Ramos, de 18 años, y autor de la masacre, pudo comprar sin problemas dos rifles tipo AR-15, una popular arma semiautomática; su compra fue completamente legal. 

Y es que la legislación estadounidense establece en la Segunda Enmienda de la Constitución, el derecho a los ciudadanos de portar armas; es una de las enmiendas más antiguas, data de 1791, y a lo largo de la historia se ha elevado a la categoría de derecho individual inalienable, al mismo nivel que la libertad de expresión, de prensa o de religión. Esto ha permitido que sea muy fácil adquirir un arma. Además, hay flexibilidad en la legislación en los diferentes estados americanos, por ejemplo, en algunos se pide haber cumplido 18 años, en otros, según el tipo de armas, 21 años o en lugares como Minnesota o Vermont, la edad permitida es de 16 años. Otros requisitos establecen que el vendedor debe verificar los antecedentes penales del comprador, pero esta norma también varía de un estado a otro.

En lo que va del 2022 en Estados Unidos se han realizado 233 tiroteos masivos, según datos registrados por el Archivo de la Violencia Armada, y han fallecido 17 mil 202 personas en este tipo de eventos. Estos actos se asocian con la facilidad de adquirir armas.

Se calcula que en Estados Unidos hay 390 millones en armas. Uno de cada tres estadounidenses reconoce poseer un arma, el 44 por ciento tiene alguna en casa y el 70 por ciento de la población está de acuerdo en regular el tema.

Para muchos tener armas es mostrar libertad y poder. Trump, y muchos piensan como él, siempre ha expresado la necesidad de proteger a los buenos de los malos, de hecho, propuso blindar a las escuelas y armar a los maestros. En esta idea, el congreso de Ohio controlado por republicanos, acaba de aprobar un proyecto de ley que permite que los maestros y otros miembros del personal escolar estén armados en sus escuelas, después de una capacitación de 24 horas en el manejo de armas.

En esta polémica discusión de vida, el limitar el uso de las armas quizá no acabe con este tipo de violencia en el que, de alguna manera, toda la comunidad es responsable. Las situaciones que se salen de lo convencional de manera extrema requieren intervención y denuncia inmediata para brindar ayuda y prever desenlaces fatales. Hay señales de alarma que pueden ser detonantes de problemas mayores, por ejemplo, el incremento en el consumo de drogas, mensajes amenazantes o comportamientos escolares o familiares tóxicos; los especialistas asocian estas condiciones al perfil del tirador quien muestra una patología psicológica peligrosa por cosas que se van acumulando en su vida hasta que llega el momento de explotar. 

Mosiés Naím señala que “las recientes tecnologías permiten a personas (como los asesinos de tiroteos masivos) crear identidades nuevas en las comunidades virtuales que dan validez a sus experiencias y muestran a sus miembros más fanáticos el camino hacia la radicalización… pertenecen o se perciben como integrantes de una comunidad con intereses y resentimientos comunes capaz de alimentar las fantasías de venganza de sus miembros más jóvenes y volátiles. El resultado es la muerte de personas inocentes…la tecnología les permite tener información accesible de otros que piensan como ellos y eso estimula su respuesta resentida y agresiva”.

Desde luego, limitar la venta, tenencia y portación de armas es necesario y urgente, pero sería mejor no tenerlas para fines recreativos o de defensa personal. Además de la regulación se requiere trabajar en entornos positivos para evitar la discriminación, la violencia social y el consumo de drogas, entre muchos otros temas asociados a esta problemática. Si quieres la paz, fomenta la convivencia.

Ojalá el Senado estadounidense llegue a un buen acuerdo. 

“Estoy harto de lo que está ocurriendo”, dijo Biden, y tiene razón.

Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com



« Leticia Treviño »