Opinión Editorial
Cruzando fronteras por la vida
Publicación:04-02-2022
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Marchar en Estados Unidos nos recordó que el problema no es local, ni casual
Para el pasado 22 de enero, un grupo de voluntarios de Pasos por la vida viajamos a Washington para participar en la anual “March For life”, y aquí les comparto el testimonio de dos hermanas que lo vivieron por primera vez.
“Un clima de -7° con sensación de -14°, así nos despertamos la mañana del viernes 22 de enero de 2022; miles de personas de todo Estados Unidos y de otras partes del mundo se reunían en la Explanada Nacional de Washington D.C.
¡Lo logramos! Después de 4 horas de un vuelo madrugador, pruebas de COVID, filtros de migración y hasta un autobús perdido, la espera había terminado. Nos vestimos con las capas de ropa que fueran necesarias para mantenernos lo más calientitos posibles, y nos encaminamos hacia la explanada.
Al llegar, vimos un escenario enorme con pantallas, cuyo sonido se escuchaba a kilómetros de distancia.
Gente de todas las edades, grupos estudiantiles, religiosos, políticos, organizaciones provida, familias y distintas personas se aglomeraban en la espera del toque inicial.
La gente recibía a los que llegaban con sonrisa de oreja a oreja, repartiendo carteles de distintos diseños con frases ingeniosas, como “Somos la generación pro vida”, “el futuro es anti aborto”, “amemos a los dos”, “reza para terminar con el aborto”, “escoge la vida”, “Desfinancien a Planned Parenthood”, entre otros. Todos juntos, al unísono, alzando la voz por los que aún no la tienen.
Después de escuchar los discursos de ánimo de distintos expositores, organizadores y músicos, tomamos la calle rumbo al Capitolio.
Al frente iba puro rostro joven caminando con ritmo y armonía, los tambores sonaban, la gente alegre y amablemente abría el paso para que la multitud abanderada pasara. Hileras de policías rodeaban la marcha, la multitud les sonreía y agradecía por su enorme labor.
A diferencia de nuestros compañeros, era la primera vez que presenciamos la famosa marcha anual estadounidense, de la cual sólo teníamos noticias, fotografías y videos de YouTube como referencia.
Para nuestra sorpresa, estábamos siendo testigos de lo que los medios han ocultado durante años, esto fue más que una protesta, fue un evento donde se palpaba la pasión por valorar la vida y con la esperanza en una decisión histórica en la Suprema Corte que marcará los frutos de todo el esfuerzo del movimiento pro vida.
Con una bandera de México y otra imagen de la Virgen de Guadalupe en nuestras espaldas, nos pusimos en marcha dentro del tsunami de gente. Representando a esta generación latina que se opone a la inercia de la marea verde.
La gente, al vernos, identificaba inmediatamente nuestra nacionalidad y se nos acercaba a preguntarnos si existía el movimiento pro vida en nuestro país, pues no tenían idea que la problemática del aborto en México estuviera latente, pues al ser la casa de Nuestra Señora de Guadalupe, asumen que es un pueblo congruentemente católico.
Este cuestionamiento nos impactó y sorprendió demasiado. Pues consideramos que si la gente de los Estados Unidos estuviera más enterada de la situación del aborto en America Latina, podríamos recibir más apoyo.
Así que comenzamos a platicar con aquella gente que le intrigaba cómo eran las marchas de México y todo lo que hace el movimiento Pro Vida por toda América Latina.
Como hermanas y equipo de Pasos, nos inspiró y alentó presenciar este evento, que no se limita a una marcha, sino que desde días anteriores tiene encuentros, congreso, comunidad latina organizada, y demás experiencias para recargar las pilas de los asistentes, para esta batalla.
Marchar en Estados Unidos nos recordó que el problema no es local, ni casual, sino que así como hay corporaciones empujando el aborto en todo el mundo, así habemos una sociedad resistiendo y defendiéndose de esta imposición sistemática de un negocio que nos utiliza a las mujeres como bandera”.
« Pilar Rebollo »