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Opinión Editorial


Coraje para vivir


Publicación:07-01-2021
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Vivir, convivir y sobrevivir, podrían equivaler a determinación personal, hacer el bien y decisiones reflexivas

La realidad mexicana nos demandará de muchas virtudes para sortearla. Después de un año difícil con una pandemia que aún no termina, aunque ya ve la luz de salida con la vacuna, hay aprendizajes y valoraciones significativas, pero también hay pesares e incertidumbre, desmoralización por las más de 130 mil muertes por el COVID y un panorama económico poco alentador. Gran afectación en el ánimo social.

La única Cátedra en el mundo que tiene el filósofo español Fernando Savater que lleva su nombre la tiene en la Universidad Regiomontana desde el 2004. En el décimo aniversario de la misma, el maestro Savater le regaló a la U-ERRE una frase que pareciera dedicada a los mexicanos en la realidad actual: “Tres virtudes necesarias: coraje para vivir, generosidad para convivir y prudencia para sobrevivir”, referencias que también requerirían de una acción también necesaria para el aquí y ahora: conciencia para actuar con responsabilidad.

Por citar algunos indicadores con los que iniciamos el 2021: Contracción proyectada de la economía en 2020, del -9%, la más profunda desde 1932; empleo formal a la baja y por consiguiente el crecimiento del informal, con los problemas que esto acarrea; casi un millón de empleos perdidos, de los cuales, 7 de cada 10 eran permanentes, los más difíciles de recuperar; más de 10 millones de nuevos pobres; el cierre de al menos un millón de micro, pequeñas y medianas empresas; el incremento anual del 15% en el precio de una canasta de súper básicos; el 51% de las empresas con cartera vencida, que les dificulta pagos y reduce liquidez de mercados; los incrementos ya anunciados por inflación, entre ellos la gasolina y la espiral consecuente. Crisis en economía, salud y educación.

Siguiendo con Savater, esta realidad requiere coraje, determinación y valentía. Bravura para enfrentar las dificultades, conscientes que nada es perfecto e inmodificable. 

También demanda la convivencia, el reconocimiento del otro, la interdependencia inevitable, la humanidad común. Al admitir que todos tenemos situaciones o problemáticas particulares, la famosa “carga personal” nos debe llevar a la amabilidad, a la compasión, a la generosidad. Nos debe motivar a actuar en favor del otro para generar un círculo virtuoso.

La prudencia refiere a la sensatez, mesura, templanza, cautela o moderación, actuar y hablar de manera reflexiva, con cuidado, para evitar el daño a los demás y motivar a la construcción; implica el respeto a la diversidad y a las libertades de los demás. 

Vivir, convivir y sobrevivir, podrían equivaler a determinación personal, hacer el bien y decisiones reflexivas.

Ojalá gobierno y sus empresas, congreso, empresarios, organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos, trabajemos juntos para recuperar lo perdido. Ciertamente, será fundamental la confianza al gobierno, actualmente inexistente, ante decisiones y argumentos demagógicos que nos hacen creer en un país transformado.

Será fundamental que AMLO no maneje sus propios datos, ni realice declaraciones que dividan a la población; que haga realidad la no impunidad ante casos como el del General Cienfuegos, Lozoya o sus familiares; que no tome decisiones que lleven agua a su molino ahora que vienen los procesos electorales; que no favorezca a sus amigos como Bartlett; que haga justicia ante desaparecidos; que tome en serio la violencia e inseguridad en las calles; que revalore sus proyectos estratégicos, Dos Bocas, el Tren Maya y el aeropuerto Santa Lucía, que además de ineficientes implicarán desviar recursos, limitando acciones más rentables y sobre todo, necesarias.

Requeriremos de trabajar de manera colaborativa y dialogar con un profundo sentido ético y de respeto a la legalidad. El 2020 ya pasó y es necesario recuperarnos de todas las pérdidas.

Ninguna realidad debe cerrar la posibilidad a la convivencia y a la construcción de nuevos entornos productivos y de justicia social. Conciencia del otro, trabajar con el otro; compromiso con la verdad, con el bien.

Ojalá no sea mucho pedir. Detrás de todos los indicadores, están las personas, su dignidad y calidad de vida deben ser siempre prioritarias.

Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com



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