No hay vuelta de hoja: las carnes asadas de fin de semana son las causantes de la alta contaminación, dijo orondo y casi científico el secretario de Medio Ambiente, Alfonso Martínez Muñoz, para justificar los peligrosos índices de contaminación atmosférica padecida por los regiomontanos y que está empezando a cobrar vidas humanas. 

      Hay que recordar que Martínez Muñoz fue despedido como Secretario de Medio Ambiente por su ineficacia y declaraciones ramplonas y fue sustituido por Félix Arratia que estaba peor que Muñoz y que hoy nomás no la hace como precandidato a la alcaldía de Juárez por Movimiento Ciudadano. Entonces Martínez Muñoz fue regresado a la mencionada secretaría. El hombre es el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra, dijo Platón. 

      Además, hay otras causas de la alta contaminación según el punto de vista oficial: el uso excesivo de automóviles, muchos de los cuales no guardan la calidad necesaria en el mantenimiento de sus motores; los fumadores son los causantes de la contaminación por tanto humo que echan. Y no se dice nada de la inversión térmica que padecimos en los primeros días de enero. 

Y tampoco la dependencia del ramo dice nada ni presenta estudios de la contaminación atmosférica, con partículas asesinas, causada por la planta de petróleo de Cadereyta. Y no es la única, aunque se haya considerado como tal. Porque están Ternium (cuyas emisiones son de vapor de agua, según boletín de la propia empresa), Vitro, Pigmentos y Oxidos, etc.   

Pero, en efecto, es la refinería de Pemex, propiedad del gobierno federal, quien se lleva el triste honor de ser la empresa más contaminante del área metropolitana. De las emisiones que descarga Pemex, sobre todo en las noches el 94 por ciento es Dióxido de Azufre que a su vez es precursor de las partículas PM 25, causantes del 68 por ciento de las enfermedades respiratorias que padece los habitantes de la zona conurbada. 

Y no pasa nada, a pesar de que la paraestatal ha sido demanda varias veces. La más reciente es la del tristemente célebre secretario de Medio Ambiente, Alfonso Martínez Muñoz. Antes se habían interpuesto demandas por parte de Armandina Valdez, titular de la Agencia de Calidad del Aire y de Ranulfo Flores, Procurador Ambiental. A ver si así pasa algo. Lo cual causa duda, toda vez que el poder federal está cobijando a la refinería.

Pero a ver. Si se trata de gobierno federal, que está en muy buena relación con el gobierno estatal, entonces no hay que hacer olas. Y menos a punto de iniciar un proceso electoral que a todas luces se percibe agresivo, indolente y con pocas propuestas a no ser los descalificativos de un candidato a otro. Y la contaminación será sin duda un tema polémico, pero se reducirá a denunciar al gobernador Samuel García de permanecer con los brazos cruzados ante la situación. Y no habrá propuestas de parte de algún candidato para solucionar de a deveras el problema.

Y en mala onda, los funcionarios de gobierno, en los tres niveles, afirman con voz engolada que la contaminación es causada por todos nosotros. Mentira. Ningún ciudadano, aunque fume, contamina tanto como Ternium o Cemex. Y de seguir con ese falaz argumento ya no habrá carnes asadas por ser altamente contaminantes.