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Opinión Editorial


¿Cambio de paradigma o "más de lo mismo"?


Publicación:24-06-2021
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Ramírez de la O, su designación como próximo secretario de Hacienda es un cambio muy importante

Su designación como próximo secretario de Hacienda es un cambio muy importante. Le tocará preparar el Presupuesto de 2022, para iniciar la segunda mitad del sexenio del Presidente López Obrador y la época pospandemia. Se le presenta una verdadera encrucijada. Optar por "más de lo mismo", la continuación de una de las políticas más neoliberales del mundo, obcecada con la estabilidad, el equilibrio fiscal, la austeridad; o bien, "un cambio de paradigma", siguiendo tendencias mundiales con Biden a la cabeza, como políticas sociales compensatorias, políticas fiscales expansionistas, contracíclicas, favoreciendo la mayor inversión, como fue también el Nuevo Trato de Roosevelt.

Esperamos que favorezca esta segunda opción, como egresado de la Facultad de Economía y, sobre todo, de la Universidad de Cambridge. Como se sabe, es la Universidad desde donde Keynes ideó las políticas seguidas en casi todo el mundo para salir de la Gran Depresión, lo cual lo hace muy relevante ahora en la Gran Recesión que sufrimos. Nuestro gobierno, casi solo, está al margen de esta nueva corriente histórica. Es usted, por cierto, el primer economista egresado de Cambridge que llega a "la joya de la corona", la Secretaría de Hacienda, antes predominaron los Chicago Boys, de Yale o del MIT.

Reconozco mi sesgo, porque es también mi universidad y porque le conozco desde hace muchos años como un buen economista sensato. Creo que fue una muy atinada designación y, por su formación, puede alentar nuevas ideas muy necesarias. Fue oportuno que el remplazo se dé a partir de julio, para preparar, negociar y ejecutar el muy importante Presupuesto. ¡Da gusto poder aplaudir algo sensato!

Al darse el anuncio de su designación, se comprometió a 4 objetivos: 1) "sano balance fiscal" y la estabilidad macroeconómica, esperamos también el crecimiento; 2) "economía en el uso de los recursos públicos"; 3) "sano financiamiento de cuentas en el sector energético" y, 4) "las oportunidades en la banca de desarrollo". Es casi "más de lo mismo".

Va a tener un primer gran reto: la gran penuria fiscal y el escaso margen fiscal del Estado. Se enfrenta a declaraciones contradictorias del gobierno. ¿"Sí habrá una reforma fiscal en el PEF 2022"?… pero el aumento de ingresos se dará por mejoras en simplificación y en la administración. Es sin duda loable el esfuerzo realizado de recaudación en la administración tributaria, pero esto no sustituye la necesidad de una reforma fiscal, que no puede darse sin nuevos impuestos o aumentar la tasa existente. Pueden surgir propuestas inapropiadas, como el impuesto patrimonial. Le corresponde resolver este galimatías. Es poco realista una reforma de gran calado, más bien la opción es "más de lo mismo": ajustes y reacomodos marginales.

Tiene el serio problema de los gobernadores, particularmente los del norte, Jalisco, la Alianza Federalista opositora que reclaman más recursos, léase más participaciones. Esto no puede funcionar si el "pastel" fiscal federal no crece, sólo se reparten miserias. Pero sí puede provocar serios conflictos políticos y fisuras en el pacto fiscal.

Como secretario, tendrá que enfrentar estos grandes retos, esperamos, haciendo honor a su extracción académica, su experiencia con el sector privado y ascendencia con el Presidente, para introducir cambios en el paradigma. El rebote económico, esperado en 2021 de 6% no debe alentar falsas expectativas. Tiene que traducirse como prioridad en un mayor crecimiento sostenido, después del 2022. Para ello, requiere incrementar una bien evaluada inversión pública, en infraestructura rentable, no ocurrencias, y creando el ambiente de confianza para que aumente la privada. Incrementar el gasto en salud, educación, seguridad. Tiene márgenes de maniobra, el déficit fiscal de los principales países excede el 10% del PIB y su deuda excede el 80-100% del PIB; el nuestro, en ambos casos, es la mitad. Ojalá se dé una nueva política de bienestar social, no "aspirinas" clientelares, sino mecanismos estructurales, como un ingreso básico, un seguro de desempleo, acotados y avanzar hacia salud universal. Qué bueno que piensa despertar la banca de desarrollo "adormilada", instrumento desperdiciado, parafiscal, que debe complementar el presupuesto, como lo llaman los chinos, "bancos de política", con proyectos detonadores, programas regionales y sectoriales, que apoyen en forma estructurada a las Pymes y a los sectores más afectados. Muchas de estas ideas han sido analizadas y planteadas por un grupo plural interdisciplinario de la UNAM, el Nuevo Curso de Desarrollo, que habría gran interés en discutir con usted.

¡En fin, esperemos, aunque sea utópico, le dejen actuar y cambiar las orientaciones a nuestra estrategia de desarrollo, que el país requiere en esta nueva etapa!



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Francisco Suárez Dávila

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