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Opinión Editorial


Benito Juárez, líder histórico


Publicación:18-03-2019
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Una vez más, celebramos el día del natalicio del licenciado Benito Juárez, unos días antes del 21 de marzo, por modificaciones al calendario cívico decretado por el entonces presidente Vicente Fox, alterando el orden cívico constitucional de su celebración, fuera de su fecha correspondiente.

De cualquier manera, en esta ocasión la presidencia de la República, los gobiernos estatales, los presidentes municipales, los congresos federal y estatales, así como el sistema educativo nacional y los sistemas educativos estatales, las universidades públicas y privadas, los institutos tecnológicos públicos y privados, las universidades pedagógicasy las instituciones educativas y culturales, las organizaciones y asociaciones sociales públicas y privadas, estaremos celebrando este 21 de marzo, el 213 aniversario del natalicio de Benito Pablo Juárez García, en la comunidad zapoteca San Pablo de Guelatao, situado en la sierra de  Ixtlán, en el Estado de Oaxaca, vía las redes sociales.

Para nuestro conocimiento, llegar a esta comunidad zapoteca desde la ciudad de Oaxaca, hay que recorrer 62 kilómetros entre los vericuetos de altas montañas, hasta llegar a un plano inclinado de la sierra donde se levanta un caserío y donde se conserva todavía la casita del tío Bernardino, donde Benito vivió de niño al fallecer sus padres y sus abuelos.

Un buen día, como niño pastor, quiso disfrutar de un baño de agua en la laguna Encantada y al regresar a su casa, su tío Bernardino, se dio cuenta de la falta de una oveja, motivo por el cual lo castigó con rudeza a su sobrinito, quien aguantó el castigo, y siguió pastoreando sus ovejas unos días más, cuando al convivir con unos cirqueros, mientras platicaba animosamente con uno de ellos, otro le robó una oveja, la mató y la preparó para comer y al darse cuenta el  niño Benito, se entristeció y ya no quiso regresar con su tío por el tipo de castigo que acostumbraba darle, entonces decidió huir y marchar hacia la ciudad de Oaxaca, donde trabajaba su hermana Josefa como sirvienta en la casa de la familia de don Antonio Maza.

Allí aprendió a trabajar, a leer y escribir español, en ese tiempo conoció al sacerdote Antonio Salanueva con quien cultivó gran amistad y lo orientaba para que estudiara  en el seminario, donde estuvo cuatro años.

Después ingresó al Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, lo que sería equivalente al Colegio Civil en Nuevo León, el Liceo en Tamaulipas y el Ateneo en Coahuila, instituciones de orientación liberal donde se enseñaba ciencia, artes y humanidades con libertad de enseñanza, con apego a la razón y a la libertad de pensamiento.

A los 25 años de edad, el joven Benito Juárez se incorporó a la vida política de Oaxaca como regidor del Ayuntamiento de Oaxaca, después fue Diputado Local, Juez Civil, Secretario General de Gobierno, Diputado Federal, Gobernador del Estado, Secretario de Justica del presidente Álvarez, otra vez Gobernador del Estado, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Presidente de la República de 1858 a 1872.

Juárez defendió la orientación liberal de la Constitución Política aprobada en Querétaro en 1857, al ser traicionada dicha Constitución por el presidente Ignacio Comonforty encarcelar a Juárez, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia  de la Nación. El licenciado Benito Juárez asumió a partir de 1858 la presidencia constitucional de México para la defensa de la Constitución, de la República, del Gobierno Liberal, de la Soberanía Nacional y de la Independencia de México.

Durante el conflicto civil llamado Guerra de Reforma, 1858-1860, el presidente Benito Juárez logró huir rumbo a Panamá, para regresar a Veracruz y desde allí expidió las Leyes de Reforma que fueron muy bien recibidas por el pueblo de México y por la propia comunidad norteamericana, lo cual dio el triunfo a los liberales y la derrota a los conservadores en 1860.

Años seguidos, el empeño de gobiernos europeos de dominar a México, tanto España, Inglaterra y Francia demandaron al gobierno liberal de México, pagar la deuda que se tenía con ellos, y de estos países solo Francia se lanzó a la aventura intervencionista, contando para ello con el apoyo de los conservadores y sectores de la iglesia católica en México.

Instalado el Imperio de Maximiliano, Benito Juárez se instaló en el norte del país y desde allí organizó la resistencia. En plena lucha por la soberanía e independencia nacionales, Juárez se reelige por séptima vez en agosto de 1867, después de la guerra emprendida en Querétaro en 1867 y triunfar con el fusilamiento de Maximiliano el 19 de junio en el Cerro de las Campanas.

Benito Juárez García, presidente de los mexicanos y líder histórico de la segunda transformación política de México, durante el movimiento liberal que hizo posible la separación de la iglesia católica del Estado, consolidó el Estado Nacional, Republicano, Liberal, Laico, Federal y Democrático.

La Segunda Transformación Política del México independiente, tuvo momentos de lucha política, democrática y acciones bélicas, donde se combinaban luchas internas, tanto políticas como militares, y en ocasiones la intervención extranjera, como fue la presencia del ejército francés y en ambos casos sufrieron la derrota por parte del ejército, pueblo y gobierno liberal mexicano.

Para algunos historiadores, al presidente Benito Juárez García le debemos la segunda independencia de México, la separación de la Iglesia Católica del Estado y el ingreso a la modernidad de nuestro México en casi todas sus obligaciones de políticas públicas. Curiosamente Juárez no daba un trato especial a los indígenas de México, sino los trataba como un ciudadano liberal.

Iniciador del proceso de modernidad, pasaría poco más de un siglo para que sus ideales se vuelvan a retomar y tengamos ahora como lema del presidente Andrés Manuel López Obrador: “´Por encima de la ley, nadie; por encima de la razón, nada”. Este 21 de marzo, recordemos y acompañemos a Juárez en su día con una lectura en voz a alta con nuestra familia o siguiendo su homenaje vía las redes sociales. En todo momento, traer a la memoria a Benito Juárez es traer a nuestro presente nuestra raíz popular con una nueva conciencia ciudadana.



« Redacción »
Arturo Delgado Moya

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