"Ya en serio, Luis Donaldo, sin que nada nos quede ¿qué te hicimos los regiomontanos que nos tienes tanto odio?  Esta tierra que te recibió con los brazos abiertos siendo niño ha sido hasta donde yo sé, buena contigo ¿Por qué tu actitud de hacerla trizas y emproblemar a sus ciudadanos?"

Exclama, ofendido y agraviado, mi dilecto y fino amigo el periodista Francisco Tijerina Elguézabal, conjuntando la voz de miles de regiomontanos, al ver a su ciudad, sobre todo en el primer cuadro, dañada, casi bombardeada peor que la Franja de Gaza, sin terminar las adecuaciones, molestando a los vecinos.

Tiene razón mi colega: qué le hemos hecho de mal al alcalde Monterrey, que llegó al puesto por negociaciones no por votación directa, para que destruya una ciudad que no es suya. Colosio no vive en Monterrey, no despacha en Monterrey y no gobierna Monterrey, por lo que se ve.

"¿Ya te diste cuenta de la ´utilidad´ del puente entre el Parque España y Fundidora? Un megacaos vial al reducir carriles y que se extienden y taponean el Puente Revolución y los alrededores de Fundidora todos los días, a todas horas.   

"¿Ya puedes aceptar que la idea de cerrar los carriles centrales del Arco de la Independencia es una completa aberración pues se generan embotellamientos y accidentes?"

Continua mi apreciado amigo con su retahíla de quejas y denuncias, las cuales yo suscribo, con la esperanza de que los regios afectados, sobre todos los del centro de la ciudad, dejan las cheves y la PC para ir a protestar al palacio municipal por la destrucción de nuestra ciudad, a manos de un extraño sin conciencia política ni sensibilidad humana. 

"¿Qué es lo que pretendes con las banquetotas que obvio ya se están llenando de puesteros y que los automovilistas no respetan y se suben a ellas? ¿Ya pudiste comprobar que le están pegando a la movilidad? ¿Ya te quedó claro que gracias a tu indolencia e ineptitud se secaron árboles centenarios de muchas plazas y parques de la ciudad, esos que ahora quieres ´reponer´ como si nos hicieras un favor?"

"¿Qué piensas cuando retiras un carril de un par de calles como lo son las prolongaciones de Washington y Aramberri al Oriente que sirven para desfogar avenidas colapsadas y todo para hacer una triste ciclovía que nadie, repito, nadie, utilizará?"

"Lo tuyo es mucho odio, Luis Donaldo, pero mucho, y los regiomontanos no te hemos hecho nada. Ojalá que tus hijos no paguen el precio de toda tu maldad". 

Es cierto. Una persona invadida por las fuerzas oscuras del mal solo puede realizar cosas perjudiciales. Ahí están las calles del centro: reducidas. No cabe una ambulancia y ni un camión escolar, menos una unidad del transporte urbano. Y vaya contradicción: mientras el gobierno del estado, a través de la Secretaría de Movilidad, se afana en mejorar la circulación vial, Luis Donaldo Colosio la afecta. Cierra carriles, calles: deja tirado el escombro. Las obras están inconclusas. Echó a perder la calle Modesto Arreola y la avenida Madero, además de otras.

Ningún alcalde en la historia de Monterey, ni siquiera Ricardo Canavati o Adalberto Madero habían destruido su ciudad.