banner edicion impresa

Opinión Editorial


Antesala del reino


Publicación:04-06-2021
version androidversion iphone

++--

El próximo domingo 6 de junio es día de votación. Se espera que haya buena afluencia de votantes… si no llueve

Pues bien, el folklore de las campañas políticas llegó a su fin para dar paso al momento cuchi cuchi, al más incróspido: la votación. Una vez terminado el tiempo proselitista, de acuerdo con los lineamientos electorales, los candidatos se preparan con sus equipos para hacer frente al día de la elección, el domingo 6 de junio, aceitando sus estructuras partidistas, capacitando a los representantes de casilla, acordando con sus defensores legales y rezándole a San Judas Tadeo.     

Las campañas se caracterizaron por la tensión, el desgaste político, los ataques personales y las promesas irrealizables. Los temas ausentes de las campañas fueron la cultura, la lectura, la ciencia y el arte. Se convocaron reuniones de cultura con artistas. Pero no se tejió un programa concreto y una política cultural. Se habló de apoyar el arte en sus diferentes expresiones, pero eso es sólo una parte de la cultura. 

Y de la ciencia no se dijo nada. Tan necesaria para solucionar problemas de salud, de tecnología, de inteligencia artificial. Ni de las ciencias sociales. Es grave. Cuando un gobierno no toma en cuenta este aspecto es un gobierno hueco. La cultura es el alma de la política. De la sociedad. ¿Por qué un político actúa como actúa? Porque esa es su cultura: la demagogia. Existe una cultura del trabajo, de la carne asada, del futbol, pero falta la cultura horizontal, una educación sensible que haga mejores ciudadanos, atentos a lo que sucede en el estado.    

Pero no. Clara Luz, quien no articula bien sus ideas y es la careta de Abel Guerra, el político más siniestro que ha habido, prometió cosas que ni con todo el presupuesto del próximo sexenio estatal se pueden realizar. Dijo que va a modificar la Constitución para que las personas de más de 65 años reciban 6 mil pesos bimestrales y ya no se los puedan quitar. ¿Es candidata a la gubernatura o a la presidencia de la república? Mientras tanto tiene a Escobedo hecho un desastre. Sólo es cuestión de darse la vuelta por La Unidad o por la colonia San Francisco de Asís. 

Fernando Larrazábal prometió construir tantos puentes elevados, pasos a desnivel y avenidas que por su cantidad van a tapar toda la ciudad de Monterrey y la zona metropolitana. Para nadie es desconocido que el Estado operó a su favor. Sus eventos los llenaba con personal administrativo y maestros de la Secretaría de Educación que eran reprendidos si no asistían.  

Samuel García, con su campaña en redes sociales y a base de pegotes, dijo que romperá con el pacto fiscal que lesiona la economía del estado. El mismo Larrazábal le dijo que eso es imposible. Dijo también que ya no mandará agua a Tamaulipas, como si eso dependiera de él y no de la Federación.  

Adrián de la Garza fue el más mesurado, prometió cosas pero dijo que primero habría que sanear las finanzas para poder cumplir las promesas. Es cierto. El estado está quebrado, la deuda pública es enorme. Ningún candidato puede cumplir siquiera la mitad de lo que prometió con un estado paralizado económicamente. Y alertó sobre el crecimiento de la delincuencia organizada en el estado, que será combatida a través de Inteligencia desde su primer día de gobierno. 

El próximo domingo 6 de junio es día de votación. Se espera que haya buena afluencia de votantes… si no llueve. Votar por un candidato que ganó es darle seguimiento a lo que hace o no hace, ver si cumple sus promesas de campaña o no, reclamarle y pedir su destitución si no cumple con lo prometido o si se olvida de la gente que votó por él. El voto otorga ese derecho al ciudadano. 

Sí. Hay que votar para que en Nuevo León todo esté bien. 



« Arnulfo Vigil »