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Opinión Editorial


AMLO aún puede ser más popular


Publicación:11-04-2023
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Si AMLO modera su discurso, podría acabar su sexenio con un nivel histórico de aprobación y mucho más margen de maniobra en las próximas elecciones

La tragedia ocurrida en Ciudad Juárez era una oportunidad para que AMLO demostrara todo lo que ha predicado como opositor. Hace unos años, el Presidente usaba las tragedias de la Guardería ABC y Ayotzinapa para criticar a aquellos gobiernos y su corrupción; ante un acontecimiento de esa misma gravedad, el Presidente ha actuado de manera muy similar a sus antecesores. A López Obrador le gusta controlar la narrativa y le cuesta mucho trabajo cuando la coyuntura se impone sobre su agenda. Todo lo que no venga de él, le parece una afrenta, incluso las pandemias o las tragedias. Como todo lo entiende desde el plano político, ante lo sucedido, la prioridad fue proteger la narrativa de su administración y a sus piezas clave. En lo político evitó un escándalo que podía hacerle daño, pero como estadista perdió una oportunidad de transformar la historia política del país.

AMLO reaccionó como si la tragedia fuera un acto de desestabilización o crítica a su régimen; desestimó lo ocurrido, culpó a los migrantes y protegió a los suyos. Es interesante que el discurso de AMLO parte de un entendimiento histórico de su rol en el país, y aun así, cada vez que se enfrenta a algo de dimensiones verdaderamente históricas, se queda corto en su manejo; sucedió con la pandemia, con la guerra en Ucrania, y ahora con esta tragedia. Para él, la historia es algo que él puede decidir, pero que no se le debe imponer.

En esta tragedia muchas cosas quedaron evidenciadas, y para que AMLO pueda lograr sus propósitos políticos tiene que tener la capacidad autocrítica de entenderlos, aunque no los reconozca públicamente. 1) La inviabilidad del INM ya es insostenible, el organismo ha sido acusado desde hace varios sexenios de actuar como un brazo del crimen organizado, extorsionando a migrantes y vulnerando constantemente sus derechos. 2) Tener a altos funcionarios públicos haciendo campaña electoral acaba por tener consecuencias en la operación del gobierno. 3) La precandidatura de Adán Augusto es insostenible. El secretario de Gobernación ha descuidado su trabajo, pero además ha mostrado una cara impresentable ante el público.

El panorama no es malo para el Presidente, pero se equivoca al no darse cuenta de que podría ser mejor. Haría bien en sacar su lado más pragmático. Morena parece perfilado para ganar la elección de 2024, pero a más de un año de distancia la contienda está lejos de estar resuelta. Si AMLO modera su discurso, podría acabar su sexenio con un nivel histórico de aprobación y mucho más margen de maniobra en las próximas elecciones.

Hay cosas concretas que el Presidente debe considerar: una aproximación más institucional y conciliadora con el INE, una postura más determinada contra la violencia y un relajamiento en sus acusaciones a personajes y grupos podrían tener un impacto positivo en la apreciación de su gobierno. El Presidente está muy acostumbrado a ganar a través de la confrontación constante, pero en este momento está en una posición en la que puede irle mejor con una actitud más conciliadora. Si de sumar se trata, la confrontación ha llegado a su límite funcional, y con un año electoral en vísperas, el que más suma es el que gana.

En la campaña de 2006 decidió no conciliar y con ello se complicó su propio panorama; en 2012 y en 2018, planteó un discurso pragmático y conciliador y con ello se ayudó a él mismo. ¿Qué AMLO veremos al cierre del sexenio?



« Emilio Lezama »