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Opinión Editorial


Amamantar a los 30 minutos de vida


Publicación:02-08-2022
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Hablar de lactancia materna es cuidar lo más valioso: la salud y la vida de nuestras niñas y niños más pequeños

Hablar de lactancia materna es cuidar lo más valioso: la salud y la vida de nuestras niñas y niños más pequeños.

Una alimentación óptima en el período más crítico de la vida, que comprende los primeros mil días de vida, es decisiva para garantizar uno de los derechos humanos más fundamentales, como lo es el derecho a la salud. Una alimentación óptima en la infancia implica garantizar al bebé el acceso inmediato al seno materno en los primeros 30 minutos de vida. Esta estrategia resulta ser la intervención sanitaria que, con menores costos económicos, consigue prevenir en forma importante la mortalidad materno-infantil y mejorar la salud en el corto y mediano plazo de toda una nación. Según cifras de la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), el solo lactar la primera hora después del nacimiento, reduce la tasa de mortalidad infantil en 16%, aminora la incidencia de hemorragia materna y propicia una vinculación afectiva positiva en el binomio madre/hijo. Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS), asegura que esta práctica disminuye 1 millón 300 mil muertes infantiles al año.

Las bondades de la leche materna son impresionantes. Es uno de los fluidos corporales más valiosos y maravillosos de acuerdo con las propiedades que la ciencia ha revelado hasta el momento. Dentro de la complejidad de sustancias que la componen y con los conocimientos que la ciencia aporta hasta el momento, podemos afirmar que los beneficios para un bebé son irremplazables y bastante lejos de ser sustituidos por ninguna fórmula artificial maternizada. A simple vista la leche materna es una mezcla de grasas, proteínas y azúcares. Pero, gracias a los avances tecnológicos ahora sabemos que también es un alimento “vivo”, porque contiene células vivas del sistema inmunológico de la madre, células madre regenerativas y miles de moléculas bio-activas que protegen al bebé y le aportan inmunidad ante infecciones y alergias no sólo durante la infancia, sino a lo largo de su vida. Es también un alimento inteligente, ya que se transforma y adapta a las diferentes necesidades del bebé, a medida que este crece y se desarrolla. Es el alimento perfecto que suministra balanceadamente la cantidad y calidad de substancias precisas para nutrir a un bebé de forma exclusiva hasta los seis meses y de forma complementaria, como mínimo, hasta los dos años de vida de acuerdo con las recomendaciones de la OMS.

Las investigaciones sobre la lactancia materna han revelado una gran cantidad de beneficios para el bebé y ninguna desventaja. En cuanto a los beneficios más destacables en cuestión de salud, además de ser un pilar imprescindible para el sistema inmune, previene la obesidad infantil, fortalece el sistema respiratorio evitando el asma, disminuye la aparición de caries, mejora la digestión alejando las diarreas o estreñimientos y favorece la visión disminuyendo la incidencia de la miopía. También ofrece beneficios a largo plazo en la vida adulta, ya que las investigaciones reportan que la lactancia prolongada disminuye considerablemente la aparición de enfermedades degenerativas, como cáncer y diabetes, enfermedades de la piel y osteoporosis, por mencionar algunas.

En cuanto al desarrollo de la inteligencia de las y los bebés que son alimentados al seno materno, las investigaciones reportan que promedian coeficientes intelectuales más altos y presentan mejor desarrollo psicomotriz y del lenguaje. Por si esto fuera poco, también ofrece beneficios en el aspecto emocional, ya que niñas y niños amamantados desarrollan una personalidad más segura e independiente y son más sociables.

Los bondades de la lactancia no sólo son para los bebés, sino también para las madres, ya que quienes amamantan presentan menos depresión postparto, menor obesidad, disminuyen el riesgo de padecer cáncer de mama, ovárico y cérvico-uterino y bajo riesgo de osteoporosis y artritis, entre otros muchos beneficios para la salud. Además, amamantar al bebé también es fácil, práctico, higiénico y gratuito.

En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2022,  que estamos celebrando del 1 al 7 de agosto, bajo lema es “Impulsemos la lactancia materna: educar y apoyar”, nos queda claro que en el contexto caótico del mundo actual, entre pandemias, guerras, crisis económicas, sequías, degradación ambiental, cambio climático y una desigualdad sin precedentes, es crucial seguir sumando acciones a favor del fomento de la lactancia materna como el mejor regalo de inicio de vida que una madre, una familia y la sociedad en su conjunto puede ofrecer a lo más preciado que puede tener una nación, nuestras niñas y nuestros niños recién nacidos, como un derecho humano y la corresponsabilidad de todas y de todos en su protección, apoyo y promoción.



« Lupita Rodríguez Martínez »