banner edicion impresa

Opinión Editorial


Adicción a la ganancia y al dinero


Publicación:13-12-2022
version androidversion iphone

++--

Iniciamos la temporada decembrina con tres días consecutivos de muy mala calidad del aire

Iniciamos la temporada decembrina con tres días consecutivos de muy mala calidad del aire en la zona conurbada de Monterrey. Una nata gris en el cielo evidenció la contaminación y el Gobierno del Estado declaró, el domingo 4 de diciembre, la onceava alerta ambiental en lo que va del año.

Conforme al Programa de Respuesta a Contingencias y al Índice Aire y Salud, la enésima alerta atmosférica fue emitida por la Secretaría del Medio Ambiente a la población metropolitana debido a la alta concentración de partículas menores a 10 microgramos (PM10).

Aunque la alerta ambiental se levantó al día siguiente, luego de que la mayoría de estaciones del Sistema Integral de Monitoreo Ambiental registraron condiciones que oscilaron entre regular y buena calidad del aire, un día después volvieron a registrarse concentraciones por arriba de la Norma Ambiental Estatal en PM10 y también en PM2.5, las más dañinas para la salud por penetrar a los pulmones, bronquios y torrente sanguíneo.

 Este fin de semana se activó otra alerta ambiental, misma que se desactivó ayer 12 de diciembre. Sin embargo, las condiciones seguirán siendo malas. Durante la mayor parte de los próximos días, la capa de nata gris ocultará de la vista las montañas y los cerros, orgullosos símbolos de nuestra urbe.

Lamentablemente de enero a diciembre se ha rebasado no sólo el promedio establecido en la Norma estatal, sino el recomendado por la Organización Mundial de la Salud: 161 microgramos por metro cúbico en PM10, cuando el límite para 24 horas es de 79 microgramos por metro cúbico y con 54 microgramos en PM2.5, cuando el límite es de 41.

 En medio de las alertas ambientales debemos considerar que tras dos años con elevados casos de infecciones respiratorias agudas por el Covid-19, este año, de acuerdo con la Secretaría de Salud federal, se registra un alza de pacientes con dicho padecimiento, siendo las niñas y los niños el sector de la población más propensa a contraer enfermedades respiratorias.

Desde 2014, Monterrey sufre la pesada carga de ser catalogada como la ciudad más contaminada de América Latina por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y por la Organización Mundial de la Salud.

 La contaminación es un problema donde toda la sociedad tenemos responsabilidad y entre el conjunto de soluciones propuestas por ciudadanía, gobierno e industria, se acordaron campañas masivas de reforestación y control de emisiones de gases contaminantes de los vehículos automotores.

Lo cuestionable del control de gases de automóviles, es que la Norma federal se actualizó en 2015, pero con valores más antiguos a 20 años, mientras la Norma estatal no incluye monitoreo del transporte urbano, ni de motos.  

En cuanto a la reforestación se declararon desiertas, en julio y octubre, dos licitaciones para la compra de árboles. Esperamos, el próximo 20 de diciembre, el fallo definitivo para la adquisición de 23 mil árboles nativos destinados a reforestar en forma masiva los 13 municipios de la metrópoli.

El primer paso para descontaminar el aire es sembrar árboles y más árboles. Así lo señalan los grupos ambientalistas y lo exige la ciudadanía nuevoleonesa, para que las áreas verdes sean parques y bosques densamente arbolados y sirvan como pulmones para descarbonizar el aire que respiramos.

Respirar aire limpio implica cumplir el parámetro internacional de 15 metros cuadrados de áreas verdes por habitante, establecido por el Índice de Ciudades Prósperas de la ONU. En Nuevo León contamos apenas con 4.64 metros cuadrados de áreas verdes por habitante, grave déficit que nos llevó a la reciente crisis del agua y nos conduce al desastre climático.

El desastre climático, el cual matará a centenares de millones de personas, no lo produce el planeta, lo produce el capital, mediante la lógica de producir y de consumir cada vez más, para que algunos pocos ganen cada vez más, advierte el presidente colombiano, Gustavo Petro, en un reciente mensaje desde la ONU. 

De nosotros depende evitar el desastre climático en Nuevo León y aceptar la invitación de Petro para detener lo que esta detrás de la adicción al petróleo y al carbón, la verdadera adicción de esta fase de la historia humana: la adicción al poder irracional, a la ganancia y al dinero.



« Lupita Rodríguez Martínez »