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Opinión Editorial


A Samuel


Publicación:06-10-2021
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En el sentido del servicio público, no del servirse con la cuchara grande

Si no quisiéramos ser tan buenos, seríamos mejores

Sigmund Freud 

Ya pasó la campaña, tanto la precampaña, llena de publicaciones, memes y escándalos mediáticos en foto y video, y la oficial, con protocolos, reuniones, comunicados y eventos –sobre todo en redes sociales, debido a la pandemia– con sus respectivos “baños de pueblo” de estancias al sol en semáforos y demás. Finalmente, el voto de la ciudadanía te dio su venia, festejaste en la macro, ahí cerca de tu futura oficina, con música e invitados, luego la toma de posesión y hoy, ya eres gobernador constitucional de uno de los principales estados de México, nuestro querido estado de Nuevo León. ¡No lo desaproveches! En el sentido del servicio público, no del servirse con la cuchara grande.

Curiosa (¿Y providencialmente?) en tu primer día ya como gobernador, el pasado lunes 5 de octubre se cayó el sistema de las principales plataformas y redes sociales (Facebook, WhatsApp e Instagram) aquellas que tanto tú como tu equipo de campaña explotaron al máximo durante la campaña política. El mensaje que se puede leer: no todo es juego mediático y comunicación de impacto a través de la internet, las vidas no caben en un celular, las vidas están sobre todo afuera de las redes sociales; un gobierno no se sostiene solo en historias del Instagram. Recuerda las expectativas generadas y el fracaso de Fox: nos quiso vender a los mexicanos a través de comerciales y anuncios publicitarios lo que su gobierno nunca hizo, ni logró, y, con todo y con un ¡Gabinetazo! (Puro profesional y empresariado del más alto nivel) –como le decía a su equipo–. Y qué no decir de tu predecesor, el primer gobernante independiente que igualmente explotó el hartazgo y las expectativas de cambio de la gente de Nuevo León durante su campaña, y hoy, bueno, hoy…ya es historia.

Por otro lado, considera que la ciudadanía de Nuevo León ya está más que harta de la simulación, tanto aquella aparentemente broncuda y valiente, “sin pelos en la lengua”,  como también aquella de poses de, como que no me doy cuenta, de dandi flamante ataviado con lo mejor y último de la moda, haciendo juego con toda la elegancia alrededor, el mejor sello de tu gobierno, de su gobierno señor gobernador (para cuidar la investidura del cargo) debe ser el servicio a la ciudadanía, con templanza, mesura y sabiduría. No sé la verdad si a tan corta edad se puedan disponer de esas extraordinarias cualidades humanas, ellas no se pueden definitivamente comprar, se generan, se ganan a través de experiencias de vida, pero ojalá usted nos sorprenda a todos y veamos finalmente una extraordinaria transformación kafkiana del joven político siempre impecable en el vestir, con la broma y el comentario listos para el trending topic, esposo de una igualmente hermosa, inteligente y creativa mujer, en un gobernante que asume el cargo y las responsabilidades de este; alejándose un poco, y ojalá un mucho, del escándalo mediático del golpeteo político en redes sociales, ocupando el tiempo, la energía y los recursos (como el lunes que no hubo redes sociales) para trabajar en serio para mejorar el Estado en materia de seguridad, combate a la pobreza, aumento de empleo, salud, educación…y todos esos temas que lamentablemente sexenio tras sexenios se han convertido en lugar común. Que usted señor gobernador tenga la fuerza y osadía de realizar lo imposible: ser un muy buen gobernante, no solo para los propios, los de casa, compañeros de gabinete y partido político, a la mayoría de ellos ya los tiene “en la bolsa”, sino a los distantes, a los que piensan diferente a usted y a su gobierno, esa sí sería una verdadera hazaña de su gobierno: dejarlos con la boca abierta, en el buen sentido de la expresión, con hechos concretos y contundentes, con los logros de su administración que recién comienza. Esos son mis mejores deseos para usted y su administración. 



« Camilo E. Ramírez »