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Tras 9 años, familias siguen buscando a sus hijos

Tras 9 años, familias siguen buscando a sus hijos
Las familias mencionan que el camino ha sido difícil, y que por más que quisieran ver una luz de esperanza, no hay ninguna.

Publicación:17-01-2021
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"Habían terminado su jornada de trabajo. Como dicen, en el peor lugar, la hora menos indicada", señala Rocío Huerta Terán, madre de Erick Esaú

Torreón, Coahuila.- El 15 de enero de 2012, cinco jóvenes originarios de Gómez Palacio, Durango, regresaban del municipio de San Pedro, Coahuila, a 60 kilómetros de distancia, a donde habían ido a trabajar en perifoneo y entrega de volantes de Telcel. En el camino, José Esparza Garnica, el supervisor, se comunicó con su jefe para informarle que una camioneta con hombres armados los estaban parando. Desde entonces las cinco familias desconocen el paradero de sus hijos.

Erick Esaú Villagrana Huerta estaba por cumplir 16 años cuando lo desaparecieron; Jorge Ulises Grijalva Castañeda tenía 27 años; Trinidad Flores Gallegos, 19 años; Carlos Iván Rodríguez, 19 años, y José Esparza, el supervisor, también 19 años. Salvo José, todos iban vestidos como arlequines y regresaban a bordo de una combi de Telcel.

Los detuvieron a la altura del entronque al ejido San Antonio de Gurza, en San Pedro, lugar donde el colectivo Vida que busca a sus desaparecidos en Torreón tiene catalogada como una zona de exterminio por los cientos de restos óseos que han encontrado en los últimos años.

"Habían terminado su jornada de trabajo. Como dicen, en el peor lugar, la hora menos indicada", señala Rocío Huerta Terán, madre de Erick Esaú.

Cuatro de las cinco familias se reunieron el viernes en la explanada de la Plaza Mayor de Torreón para exhibir que, a nueve años de los hechos, no hay investigaciones ni trabajos por parte de las autoridades de Coahuila.

José Luz Esparza, padre de José Esparza Garnica, dice que las familias han visitado cada sitio donde les dicen que han visto a sus hijos y asegura que la fiscalía les ha dicho que están vivos y por ello quieren saber dónde están.

Herminia Castañeda, madre de José Ulises Grijalva, pide a la gente que se solidarice y que si tiene información se comuniquen con ellos. "Que no tengan miedo, sólo queremos recuperar a nuestros hijos", comenta.

La señora Castañeda describe a los muchachos como trabajadores, algunos estudiantes, que no hacían nada malo.

Su hijo Jorge Ulises estudiaba sicología en la universidad y tenía ocho meses trabajando.

Erick Esaú tenía tres años trabajando como arlequín. Tenía 16 años y su madre, Rocío, lo describe como un hijo destacado en el deporte que soñaba con ser profesor de educación física.

Las familias mencionan que el camino ha sido difícil, y que por más que quisieran ver una luz de esperanza, no hay ninguna.



« El Universal »