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Sufren en Ciudad Juárez impuesto del crimen

Sufren en Ciudad Juárez impuesto del crimen


Publicación:06-09-2021
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Las fachadas de establecimientos, baleadas; los secuestros y asesinatos a propietarios, empleados y clientes ya comenzaban a ser costumbre

Ciudad Juárez, CHIH / El Universal Ciudad Juárez en 2008 parecía el lugar y el momento equivocado para hacer negocio. Las víctimas de homicidios alcanzaban casi las mil 600. El gobierno del entonces presidente Felipe Calderón desplegaba miles de soldados como parte de la Operación Conjunta Chihuahua, para "pacificar" la ciudad fronteriza. El Cártel de Sinaloa señalaba en mantas a agentes vivos y muertos que supuestamente trabajaban con el Cártel de Juárez, grupo criminal con el que se disputaba el territorio. Las fachadas de establecimientos, baleadas; los secuestros y asesinatos a propietarios, empleados y clientes ya comenzaban a ser costumbre. Pero José, un empresario local responsable de una cadena familiar y al que llamaremos así por cuestiones de seguridad, había iniciado la expansión de su negocio y pararla significaba perder toda su inversión. Según el estudio de México Evalúa La extorsión empresarial en Ciudad Juárez. El impuesto criminal: lecciones y precauciones, los primeros años del ciclo más violento de la historia reciente de Juárez vinieron acompañados con la expansión de la extorsión. Entre 2008 y 2009 cerraron 10 mil pequeñas y medianas empresas, hubo establecimientos quemados porque sus dueños se negaron a pagar la cuota y unas 100 mil personas huyeron, algunas de ellas empresarios que se fueron con sus negocios. Grupos criminales que aterrorizaban a la ciudad comenzaron a cobrar a empresarios de todos los tamaños y giros para que los protegieran de ellos mismos: restaurantes, bares, salones, gasolinerías, farmacias, carnicerías, panaderías, funerarias y consultorios médicos, entre otros. El derecho de piso se convirtió en una especie de impuesto universal: "Caímos. Como era algo nuevo para lo que no estábamos preparados y no teníamos conocimiento, el miedo nos doblegó", dice José, quien 11 años después recuerda su primer encuentro con El Contador. Un día de 2010, el año más violento de la ciudad, con unas 3 mil 800 víctimas de homicidio, un hombre amable entró a uno de sus negocios y le deslizó un papel con un número de teléfono. Sin perder las buenas formas, se presentó como El Contador y le explicó a José que era parte del grupo criminal local y que debía llamar a ese teléfono para recibir instrucciones. Antes de irse, como prueba y amenaza de que iba en serio, le anticipó algunos actos criminales que cometerían en los próximos días, con detalles de lugar y hora. Después de ese primer contacto, José habló con sus socios y decidieron desatender la petición y continuar con su trabajo. "Llegamos a estimar que en Juárez se metían entre 300 y 500 mil dólares a la semana del pago de extorsión. Si no pagabas, te mataban y al estar pagándoles, los pequeños negocios terminaban descapitalizados", dice el empresario Jorge Contreras”. "Me tocó vivir mucho el tema, muchísimos negocios los quemaron. Ya cuando te caían con el papelito, lo siguiente era van y te queman el changarro. "Incluso llegaban y le daban cachetadas a dos, tres empleados, [te decían]: 'Al siguiente te lo mato, entonces, mejor, más vale que empieces'. "Eran amenazas muy serias, ¿por qué? Porque había una total impunidad, protegidos por la policía, entonces, era más el miedo que había si la policía se daba cuenta de que denunciabas".


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