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Pasó Roberto Sandoval de barrendero a magnate
Publicación:20-06-2021
TEMA: #Delincuencia
En la cúspide de su poder también construyó un círculo de amistades íntimas, entre estrellas del espectáculo y el deporte
Al inicio del mes fue confirmada la detención de Roberto Sandoval Castañeda, exgobernador de Nayarit, en Linares, Nuevo León.
La detención se hizo en cumplimiento a una orden de aprehensión por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Y algo por lo que Sandoval nunca tuvo pudor, fue por sus extravagantes gustos y polémicas amistades.
En su acelerado ascenso político Sandoval Castañeda hizo evidente su gusto por una vida inusualmente glamurosa: ropa de marca, calzado de más de 7 mil pesos, vehículos de lujo, ranchos de producción agropecuaria, crianza de caballos de raza, monturas de suntuosa manufactura con fustes de repujados artísticos, vacaciones permanentes para su hijo, negocios súbitos para la hija, así como prosperidad agropecuaria para sus primos y hermanos fueron algunos ejemplos.
Atrás quedaron los años en que Sandoval Castañeda era un migrante mexicano más en los suburbios de Los Ángeles, California, donde trabajaba como barrendero. También dejó atrás San Antonio, Tepic, la colonia donde creció bajo el sustento de su padre, Pablo Sandoval Oruz, un tablajero de esa colonia popular.
En la cúspide de su poder, de acuerdo con testimonios recogidos por EL UNIVERSAL entre ex funcionarios, políticos y activistas nayaritas, Sandoval Castañeda también construyó un círculo de amistades íntimas, entre estrellas del espectáculo y el deporte como Joan Sebastian, Ezequiel Cheque Peña, Saúl “El Canelo” Álvarez, Pepe Aguilar, Poncho Lizárraga y Ricardo Montaner, entre otros. Pero también se construyó una leyenda campirana y una pasión ecuestre, cuyo rasgo más estridente fue la construcción de un mausoleo para su caballo preferido, “Dandy”, mientras sus primos, hermanos e hijos prosperaban a su sombra.
Siendo alcalde de Tepic, montado en su consentido “Dandy “—un corcel negro de crines y cola rizadas—, Sandoval Castañeda celebra el centenario de la Revolución Mexicana (2010) cabalgando a la vanguardia de 3 mil jinetes; en campaña por la gubernatura guía a otra columna hípica en Santa María del Oro; ya como gobernador, organiza en 2013 una gran cabalgata de seis días por la zona serrana del estado; el 12 de diciembre siguiente aparece, con gabán y sombrero, montado sobre un macho castaño al frente de sus jinetes chinacos, uno de los cuales carga un estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe.
En 2012 abrió a la prensa las cercas de su rancho El Sueño, en Aután, visita documentada en un célebre video del sitio web Nayarit en Línea. El gobernador confió entonces: “Del otro lado tenemos praderas donde Joan Sebastian, El Cheque Peña y un servidor tenemos criadero de yeguas aztecas y españolas, donde no nos cuesta un centavo; el agua, naturaleza de Nayarit, nos da el pasto gratuito... Los canales de riego te riegan la pradera sin ningún costo...”, afirmaba el hoy detenido.
El nayarita Rodrigo González Barrios, productor agropecuario desde ha-ce casi dos décadas, y vocero de Co-misión de la Verdad (CDV), organización ciudadana que documenta abusos y corrupción de la administración de Sandoval Castañeda, sí creía en su momento que el rancho y el hato caballar pudo salirle gratis al gobernador. Afirmó en entrevista: “Con dinero público, o con las mochadas que le daba el [ex] fiscal [Édgar] Veytia. Para que haya pasto, adquirió todo un sistema de riego, cercó el perímetro de las 17 hectáreas —170 mil metros cuadrados—, construyó las caballerizas. Hay trabajadores y veterinarios para atender día y noche a su ganado”.
El valor de un caballo azteca —cruza selectiva de raza andaluza y yeguas cuarto de milla— se estima en más de 100 mil pesos, y el de un ejemplar español en más de 250 mil pesos, según la revista Vanity Fair.
Bajo reserva de identidad, pero verificado por editores de EL UNIVERSAL, el testimonio de una fuente cercana al círculo de funcionarios más influyentes de la administración de Sandoval Castañeda ubicó el valor de los caballos del gobernador en 130 millones de pesos, en el 2017.
Hace años trascendió entre los allegados del gobernador nayarita la versión de que prefiere las monturas en piel de cocodrilo y los fustes forrados de metales repujados, al igual que los chapetones, argollas, frenos y estribos. Fotografías de accesorios semejantes, presuntamente pertenecientes a Roberto Sandoval Castañeda, se difundieron en una cuenta de Facebook que efectúa denuncias sobre el gobierno nayarita, a nombre de Comandante Jack Joker.
Una de las imágenes presenta la superficie superior de un fuste —cabeza de la montura donde los charros atoran la reata— sobre cuyas grecas en fino repujado dorado y plata, se halla grabada la leyenda “Gobierno de Nayarit”, el escudo de la entidad, y las iniciales del gobernador: “RSE”.
La imagen fue retomada por la prensa, que presumió una manufactura en “oro de 24 quilates con incrustaciones de diamantes”. Sandoval Castañeda negó que fuese de su propiedad vía Twitter. Pero un ex colaborador del gobierno del estado, dirigente izquierdista, asegura, bajo petición de anonimato: “Ese fue un regalo de Gianni Ramírez al gobernador, en agradecimiento porque lo haya regresado a la Secretaría de Obras Públicas”.
Ramírez prefirió regresar a su cartera en el gabinete estatal que permanecer en la diputación federal en que se hallaba. Otra de las fotografías del sitio de Facebook mencionado muestra un freno en color plata, también con trabajo preciosista, y con las iniciales del gobernador. Una tercera foto, enviada a este diario, exhibe otra presunta prenda de Sandoval: una silla de montar de piel de cocodrilo con fuste en color plata.
Cotizaciones efectuadas por este diario sobre piezas similares en prestigiadas talabarterías de Guadalajara ubican un precio base de 45 mil pesos por montura, que puede rebasar los 100 mil con acabados especiales, dependiendo el material deseado y el grado de dificultad. Pero Sandoval Castañeda también cuenta con otros accesorios: calesa con asientos de piel y carruaje de impronta porfiriana, tirados por sus bruñidos corceles, que a veces utiliza para impresionar o agasajar a invitados especiales. Él mismo ha aceptado que algunas veces ha ido “en carreta” a recogerlos al aeropuerto de Tepic.
Adiós al “Dandy”
« El Universal »