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Pasa de albañil a enfermero y se vuelve viral
Publicación:07-09-2020
TEMA: #Economía de México
El joven enfermero, de 23 años de edad, es oriundo de Oxkutzcab y e dedica al campo y la milpa
Manuel Antonio Chimas Cáceres, el joven enfermero que se volvió viral al subir una foto en sus redes so-ciales con sus compañeros alarifes, confiesa que estuvo a punto de dejar la carrera por problemas económicos, pero su familia fue el soporte para continuar y alcanzar el título de licenciado en enfermería.
“La verdad nunca esperé que me fuera a pasar esto; yo solo subí una foto con mis amigos y de repente ya era público sólo por terminar mi carrera como enfermero”, relató.
El joven enfermero, de 23 años de edad y oriundo de Oxkutzcab, es hijo de José Antonio Chimas May, quien se dedica al campo y la milpa, y de la señora Justina María Cáceres Chulim, quien es ama de casa.
Manuel tiene dos hermanos menores que están siguiendo su ejemplo estudiando una carrera profesional. Expresó que cuando terminó la preparatoria informó a sus padres que su intención era seguir estudiando, sin embargo, los problemas económicos se multiplicaban y apenas alcanzaba para el día a día, pero su familia habló con él y le comunicaron que harían un esfuerzo.
Entonces, Manuel se matriculó en la carrera de enfermería en el Centro Educativo Rodríguez Tamayo (CERT) en el poblado de Ticul, cercano a Oxkutzcab. Su padre trabajaba duro en la milpa y su madre comenzó a laborar como ayudante en una lavandería del pueblo.
“Sentí bonito cuando mis papás me apoyaron, pero la realidad fue otra porque cuando llegaba la hora de pagar colegiaturas veía que se angustiaban”, dijo con semblante nervioso.
Las colegiaturas, el pago de exámenes, la compra de libros, material y transporte, así como la alimentación alcanzaron a la familia Chimas Cáceres. Manuel dijo a sus padres que dejaría la carrera al primer año de haberla cursado para ayudar en el gasto de la casa.
Contó que un día, regresando cabizbajo de la escuela, un amigo le dijo si no quería trabajar como ayudante de albañil, que la paga era buena y que podía seguir estudiando.
“El jefe de la obra me apoyó porque me daba la oportunidad que retirarme dos horas antes de cumplir mi jornada de trabajo para que vaya a mi casa a comer, bañarme e irme a la escuela”, dice.
Regresaba a su casa a las diez u once de la noche para estudiar y hacer tareas, posteriormente se le-vantaba temprano y cambiaba los li-bros por la pala y la “cuchara” de mezcla.
“Durante los primeros años de la carrera, la tarea era bastante, a veces no dormía más que dos horas, me levantaba, me bañaba y me iba a la obra a trabajar”, dijo. El joven de Oxkutzcab explicó que nunca recibió ninguna beca para continuar con sus estudios, ni federal ni estatal.
“Nada —dice—, todo salía de la milpa de mi papá, del trabajo en la lavandería de mi mamá y de mi trabajo en las obras de construcción donde ayudaba como albañil”.
Sostuvo que hay mucha gente en los pueblos de Yucatán que realmente necesitan una beca para seguir estudiando y no se las dan, mientras que hay otros que no la necesitan y la tienen.
Al ver que le estaba echando ganas, familiares ayudaron a Manuel con lo que se podía. “Pero sobre todo, los que me aconsejaban que yo no dejara mis estudios eran mis compañeros en la obra, me alentaban a seguir y no dejar la carrera”.
“Por eso regresé a tomarme esa foto, para decirles a mis amigos que gracias por sus consejos pude terminar, nunca me he olvidado de ellos y siempre voy a estar agradecido por todo lo que hicieron por mí y por mis padres”, externó con sinceridad Manuel, quien trabajó cuatro años y medio como ayudante de albañil ya que al llegar al quinto año de la carrera tuvo que hacer su servicio social para dedicarse de lleno a la enfermería.
Sin trabajo aún. Actualmente el joven enfermero no labora en un hospital, ayuda en los filtros sanitarios contra el Covid-19 que se han instalado en las entradas de Oxkutz-cab.
« El Universal »