'Pagan 1 mdd semanal por campaña de desprestigio'

El dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, ha levantado la voz en una conferencia de prensa, acusando a la oposición de desplegar una campaña de desprestigio contra Claudia Sheinbaum, candidata presidencial de la coalición Sigamos Haciendo Historia. 

Según Delgado, esta estrategia ha implicado un gasto semanal de al menos un millón de dólares en redes sociales, utilizando cuentas provenientes de 50 países diferentes. Ante el fracaso aparente de esta táctica, Delgado alertó sobre un posible siguiente paso por parte de la oposición: cuestionar la jornada electoral del próximo 2 de junio.

El líder de Morena detalló que se ha detectado una campaña coordinada y prolongada en el tiempo, diseñada para influir negativamente en la percepción pública sobre Claudia Sheinbaum, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el movimiento de la Cuarta Transformación. 

Esta estrategia se ha materializado a través de los diferentes hashtags en las distintas redes; #NarcoCandidata, #NarcoCandidataClaudia y  #NarcoCandidataSheinbaum, utilizados para difundir mensajes de desprestigio en las redes sociales.

Redes Sociales

El papel de las redes sociales en las campañas electorales ha adquirido una relevancia sin precedentes en los últimos años. Plataformas como Twitter, Facebook e Instagram se han convertido en espacios clave donde se libra una intensa batalla por la opinión pública y la influencia electoral. 

Estas redes sociales ofrecen a los candidatos y partidos políticos la oportunidad de llegar a un público masivo de manera directa y en tiempo real, permitiéndoles difundir sus mensajes y propuestas de manera más amplia y eficaz que nunca antes.

Sin embargo, junto con los beneficios que ofrecen las redes sociales en términos de alcance y visibilidad, también existen riesgos significativos. 

Una de las principales preocupaciones es la propagación de campañas de desprestigio y desinformación, diseñadas para socavar la credibilidad y la reputación de los candidatos y sus partidos. 

Las campañas de desprestigio pueden tener un impacto significativo en el resultado de las elecciones al influir en la percepción pública sobre los candidatos y sus agendas políticas.

Al sembrar dudas y generar controversia en torno a la integridad y la idoneidad de los contendientes, estas campañas buscan debilitar el apoyo popular hacia ciertos candidatos y, en última instancia, influir en el resultado de las urnas. 

Por lo que pueden contribuir a polarizar aún más el debate político.