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Cruzan migrantes lejos de operativos

Cruzan migrantes lejos de operativos


Publicación:23-03-2021
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Los migrantes se internan a territorio nacional sin que nadie los detenga, a más de 560 kilómetros al norte, entre la Selva Lacandona.

FRONTERA COROZAL, Chis.- En medio del aullido de los monos y el canto de las aves, decenas de migrantes centroamericanos cruzan diariamente de forma irregular a territorio mexicano a bordo de lanchas a través del río Usumacinta, que sirve de división política entre México y Guatemala, lugar donde, hasta el fin de semana, no había filtro sanitario ni de seguridad. Mientras el gobierno federal refuerza la presencia de elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) en Tapachula y la rivera del río Suchiate, los migrantes se internan a territorio nacional sin que nadie los detenga, a más de 560 kilómetros al norte, entre la Selva Lacandona. En esta frontera, ubicada a 165 kilómetros de la cabecera municipal de Palenque y a casi dos kilómetros de la zona arqueológica de Yaxchilán, navegando por el río Usumacinta - el más caudaloso de México y el más largo de América Central- se observa a todas horas el arribo de lanchas cargadas con jóvenes y mujeres que llevan a sus hijos menores de edad provenientes, principalmente, de Honduras, Guatemala y El Salvador. Esta ruta está siendo utilizada por traficantes de personas y migrantes que viajan por su cuenta, debido a la nula vigilancia del Instituto Nacional de Migración (INM), Guardia Nacional (GN) y del Ejército Mexicano. Durante un recorrido realizado el pasado sábado se pudo observar que decenas de migrantes llegan, del lado de Guatemala, al poblado conocido como La Técnica, donde abordan las lanchas que los cruzan por el río hasta Frontera Corozal, perteneciente al municipio de Ocosingo. Del lado mexicano, los traficantes ya tienen contratados a taxistas locales para que trasladen a la gente a casas de seguridad. Los extranjeros que viajan por su cuenta son despojados del poco dinero que llevan por supuestos policías de Guatemala, como pago para no ser detenidos y repatriados a sus países de origen. Deben caminar, hasta siete días, por la orilla de la carretera y en tramos entre la selva, hasta Palenque, su primer destino. En este punto fronterizo, entre la Reserva de la Biosfera de Montes Azules y el Parque Nacional Sierra del Lacandón, hasta el pasado fin de semana el gobierno no había desplegado personal para impedir el paso de migrantes indocumentados, como se hizo en Tapachula en el marco de las restricciones que iniciaron el pasado 19 de marzo, con vigencia de 30 días, para contener el ingreso de migrantes. Tampoco se reforzó la presencia de personal de salud para hacer cumplir los protocolos sanitarios impuestos por la pandemia del Covid-19. En esta zona el riesgo no es que los detenga migración, sino las serpientes y los jaguares. Los puntos fronterizos con Guatemala de El Ceibo, en Tenosique, Tabasco, así como Frontera Corozal y Benemérito de las Américas, en Chiapas, son las rutas utilizadas por traficantes y migrantes


« El Universal »