Nacional Ciudad de México
Abarrotan miles calles del Centro Histórico

Publicación:20-03-2022
TEMA: #CDMX
A pesar de eso, las medidas sanitarias fueron respetadas, pues las personas usaron la mayor parte del tiempo cubrebocas, algunos hasta doble
CIUDAD DE MÉXICO.-Con el semáforo epidemiológico en color verde y el fin de semana largo, la Ciudad de México realizó el primer evento masivo en el Centro Histórico, con una asistencia de más de 15 mil capitalinos.
Una de las actividades que más motivó a las personas y turistas fue el Bailatón, como parte del Festival de la Primavera; reggaeton, cumbia y música tradicional mexicana fueron los ritmos que sacaron de los asistentes sus mejores pasos de baile.
Margarita Bravo salió de trabajar y a su paso por el Zócalo se encontró a cientos de capitalinos bailando, y cómo no contagiarse del ambiente si estas actividades hacían falta en la ciudad luego de los embates de la pandemia.
Ella, como muchos otros, tuvo Covid-19, "pero gracias a Dios aquí estamos. Es una diversión después de tanto tiempo de estar pasando esta enfermedad. Salí de trabajar y de paso vi esto. Para estar un poco tranquila de la pandemia y del reciente movimiento de la tierra", expresó.
La tarde del sábado, el primer cuadro de la capital lució lleno, desde restaurantes y bares, hasta las plazas públicas y zonas de comercio establecido.
A pesar de eso, las medidas sanitarias fueron respetadas, pues las personas usaron la mayor parte del tiempo cubrebocas, algunos hasta doble.
No sólo fue el Centro Histórico el que se vio lleno. En la plaza de Garibaldi, los restaurantes permanecieron concurridos, los músicos afinaban sus instrumentos en la calle, y frente al mercado San Camilito, el Ponte Pila del Gobierno de la Ciudad también logró que por lo menos 50 personas se pusieran a bailar.
Génesis y Javier, una pareja que salió a caminar este fin de semana largo por las calles de la capital para "conocer más de nuestra Ciudad", aseguraron que por salud mental estas actividades refrescan a los capitalinos, pero que no se debe bajar la guardia, pues una nueva ola de contagios a nadie beneficia.
"Es necesario que nos reactivemos, el tema de la salud es preocupante, pero necesitamos salir y si no hacemos que esto siga fluyendo, cuando contenemos algo se queda ahí, y no vamos a poder salir de esto", señaló Génesis.
Ambos lo intentaron una y más veces, movían los pies, se abrazaban y los ojos parecían brillarles cuando se miraban fijamente, apenas diciéndose algo inaudible por los cubrebocas.
También en las calles hubo magia y circo, pues el Festival de la Primavera llevó diferentes actividades, no sólo el baile, sino expresiones artísticas como el clown y teatro para niños.
"Magia, magia", gritaron los payasos del elenco de Los Estrouberry Clowns cuando desaparecieron un globo rojo en un bote de basura, que, segundos después salió del mismo para perderse en el cielo plomizo de la Ciudad de México.
"Ya eran dos años de no venir, ya hacía falta, vinimos precisamente a esto", exclama José Rodríguez, acompañado de su esposa y tres hijas.
Llevan casi tres horas en la explanada del Zócalo capitalino, observando el espectáculo del Circo Atayde, que marca de los primeros shows de entretenimiento público en este lugar durante la pandemia, como parte del Festival de la Primavera.
"Sobre todo estamos aquí por las niñas, que ya estaban aburridas, las traíamos más chiquitas, pero ya no se acuerdan cómo era", respalda Karina Oscoy, mamá de las pequeñas.
Como ellos, había varias familias, algunas con carriolas, otras con niños atónitos que veían el espectáculo y otros que preferían correr de un lado a otro cuando algo no les atraía tanto; o simplemente estaban quienes iban de paso y se quedaron.
Lo que ocurrió en la plancha no igualó, por supuesto, lo narrado en crónicas añejas en las que se solían parar actividades con el arribo de un circo, pero sí que se convirtió en la zona cero de la diversión.
Cuando Alexis Atayde, representante de la quinta generación de la familia circense, abrió el show malabareando hasta seis mazas o picas, el “¡aaah!” infantil se escuchó en distintas zonas de la plancha.
Cary en el aro aéreo; la contorsionista Auri con su listón plateado y mostrando su elasticidad sobre una luna; además de Diana, mujer que ejecuta piruetas estando metros arriba del suelo, sostenida únicamente por su cabello, fueron algunos de los números que se exhibieron frente a la Catedral Metropolitana.
No faltaron las bailarinas y las rutinas de payaso, que interactuaron con el público.
"Mi mamá me dijo que estudiara y ahora me tienen aquí ganando 5 mil pesos por función", bromeó.
Elotes para mitigar el hambre a 30 pesos; coronas con luces de colores, orejas plásticas luminosas en 50 y bolsas de cacahuates hasta en 15, fueron parte del menú que merodeó al público.
"¿Haces volados?", preguntó un hombre al niño merenguero, entre broma y buscando duplicar el que acababa de comprar.
"No podemos, nos los cuentan", atajó rápido la chica que acompañaba al pequeño.
Previo al espectáculo, la conductora principal del evento sabatino recordó que todo mundo debería portar cubrebocas, algo que muchos no atendieron, o lo tenían sin taparse la nariz.
Por momentos pareció que el coronavirus y el confinamiento fueran un mal sueño, que estaba acabado frente a súpermujeres y súperhombres que realizaban trucos y malabares.
Hacia la mitad del espectáculo una breve lluvia hizo que decenas de asistentes se dirigieran a los arcos de los edificios perimetrales para guarecerse; mientras que otros sacaron plásticos y sombrillas para no perder su lugar.
Autoridades capitalinas estimaron una asistencia de 15 mil personas en el Zócalo para ver el espectáculo circense.
La capital permanece en semáforo verde, pero la gente mantiene el uso de cubrebocas, incluso, lo combinan con su ropa.
El sol caprichoso en ocasiones se oculta para después salir con furia sobre los capitalinos. Es la víspera de la primavera y eso se sintió con la gente en las calles reactivando su metrópoli.
« El Universal »