Steam recula: ya no prohibirá los juegos creados usando IA

 La plataforma ya no prohibirá los títulos que aprovechen esta tecnología.

El avance de la inteligencia artificial no pasa desapercibido en la industria de los videojuegos, y Steam lo sabe mejor que nadie. La plataforma de Valve ha anunciado un importante cambio en su política de aprobación de juegos. En adelante, admitirá aquellos que hayan utilizado IA tanto en su desarrollo como en la generación de contenidos en tiempo real.

Esto supone un cambio crucial para Steam, considerando que a mediados de 2023 quedó en el ojo de la tormenta tras prohibir la distribución de títulos con elementos artísticos creados con inteligencia artificial generativa. Por entonces, los de Gabe Newell explicaron que el veto respondía a la imposibilidad de los desarrolladores de demostrar que los activos usados fueran de su propiedad.

El malestar de algunos estudios llevó luego a que Steam aclarara que "no desalentaba" el uso de la IA en los juegos. Pero que, aun así, se veía obligada a imponer ciertos límites para cubrirse legalmente. "Nuestro proceso de revisión es un reflejo de las leyes y políticas de copyright actuales, no una capa adicional con nuestra opinión", expresó Valve.

Ahora, la empresa ha informado que aplicará cambios a su metodología de revisión de juegos creados utilizando inteligencia artificial. Algo que, si bien obligará a los desarrolladores a informar el uso de dicha tecnología, permitirá que se apruebe "la gran mayoría" de los títulos y se los sume al catálogo de Steam.

Las nuevas políticas de Steam para admitir juegos creados usando IA

Steam ha sumado un nuevo apartado de inteligencia artificial en el formulario que los estudios y desarrolladores deben rellenar al presentar un juego para revisión. En el mismo tendrán que describir cómo se ha utilizado la tecnología, cuya implementación estará dividida en dos categorías. Estas son "generada previamente" y "generada en tiempo real".

El primer apartado abarca el uso de la IA durante el desarrollo del videojuego. Esto incluye el aprovechamiento de herramientas para crear materiales visuales y sonidos, como también aquellas que permiten generar o completar código de forma automática. Steam indica que los estudios tendrán que asegurar que sus títulos no posean contenido ilegal o que infrinja sus términos y condiciones.

El segundo apartado, en tanto, requerirá que los estudios revelen si utilizan inteligencia artificial para crear contenidos mientras el juego se encuentra en ejecución. En este caso, será obligatorio informar las medidas de protección implementadas para evitar la generación de material ilegal o no permitido.

Eso sí, Valve no mantendrá esta información bajo secreto. Independientemente de en qué etapa del desarrollo se haya utilizado IA, los juegos aprobados mostrarán un cartel notificando a los usuarios del uso de esta tecnología en su página de Steam. Además, los jugadores podrán reportar contenidos ilegales dentro de los títulos.

Se mantienen restricciones específicas

Si bien Steam afirma que la "gran mayoría" de los juegos con inteligencia artificial se aprobará, aún persisten ciertas restricciones. Las propuestas que seguirán prohibidas serán aquellas que incluyan contenido sexual para adultos generado en tiempo real con IA.

De esta forma, los de Gabe Newell aspiran a no dejar pasar la oportunidad de aprovechar el furor por esta tecnología en el sector de los videojuegos. Pero a su vez se cubren ante cualquier posibilidad de ser demandados por la distribución de juegos que hayan violado derechos de autor u otras leyes con la implementación de inteligencia artificial.

Steam también se ha disculpado con los desarrolladores por el tiempo que se ha tomado para definir esta nueva política. "[...] No sentimos que sirvamos a nuestros jugadores o socios desarrolladores si nos apresuramos a tomar decisiones que tienen tanta complejidad. Continuaremos aprendiendo de los juegos que se envían a Steam y del progreso legal en torno a la IA, y revisaremos esta decisión cuando sea necesario", explicaron.