El coche del futuro está en camino

Hace décadas, el coche futurista parecía reservado únicamente a un papel en películas del tipo de Blade Runner, Minority Report o Regreso al Futuro. Sin embargo, es un hecho que muchos subestimaban a la tecnología. Gracias a su poderío, la realidad, en el sector del automóvil, superará a la ficción. El coche del futuro está en camino. Voladores, autosuficientes y eléctricos definen a algunos de los modelos que llegarán más pronto que tarde a los concesionarios.

No es ningún secreto. Los diésel y los gasolina tienen los días contados. Es más, hay marcas, como Tesla o Smart, que han anunciado que van a fabricar únicamente coches eléctricos. El nuevo marco internacional ha puesto fecha de caducidad a los motores contaminantes y las primeras restricciones se avistan en el horizonte. Noruega será un país pionero porque entre sus fronteras estará prohibido circular con ellos en 2025, mientras que Dinamarca, Holanda, Suecia, Eslovenia e Irlanda se sumarán en 2030. Ante este cerco legislativo, los diésel y los gasolina vislumbran desde el espejo retrovisor como los híbridos y los eléctricos empiezan a adelantar por el carril de la izquierda sin intención de pisar el freno. El proceso del cambio será más lento en otros países como España porque no se contempla un escenario similar al de los noruegos hasta 2040, aunque ya existen zonas como Madrid Central por las que los coches contaminantes no pueden circular, y poco a poco se irán uniendo puntos de otras ciudades con altos niveles de contaminación.

Toyota está probando los autosuficientes en carretera

A priori, el hándicap en la lucha contra el cambio climático está en el tiempo de espera para cargar una batería y que supera la hora frente a los minutos que se tarda en repostar un diésel o un gasolina. El problema, en cualquier caso, podría tener pronta solución. Empresas coreanas como Hyundai o KIA ya trabajan en implantar placas solares que actuarían como una fuente de energía alternativa.

El coche del futuro no solo es cero contaminante, también es autosuficiente, gracias a un sistema que se a empezando a implementar más alla del mundo del entretenimiento, la inteligencia artificial. Esto significa que llegará el día en que el piloto sea un pasajero con las mismas responsabilidades al volante que los acompañantes; es decir, ninguna. Las innovaciones en este sentido están a la orden del día. Toyota ya ha empezado a realizar pruebas en carretera y las marcas competidores están invirtiendo mucho por llegar igual de lejos. A este grupo pertenece, por ejemplo, Audi, que ya ha patentado el AI:ME como modelo autosuficiente. El AI:ME, como su nombre indica, se basa en la inteligencia artificial para las tareas más simples y básicas. Pese a su capacidad de autosuficiente, el AI:ME incluye pedales porque los hay que se resisten a renunciar a las prestaciones y a aceptar el avance de la tecnología en todas sus vertientes. Su idea es la de ir implantando el mismo sistema de manera paulatina en otros coches, por lo que conducir el Audi TT de hoy no tendrá nada que ver con el de mañana.

Ahora bien, uno de los mayores retos del ser humano siempre fue el de conseguir que el coche pudiera volar a imagen y semejanza de los aviones, y el sueño cobra tintes de realidad. En pleno siglo XXI, son muchos los modelos patentados, aunque pocos han conseguido impresionar tanto como el Skai Flying Car, que nace de la unión de  los intereses de BMW y Alaka’i Technologies. El aspecto diferenciador con el resto es que se impulsa por celdas de combustible de hidrógeno. Desarrollado por ingenieros de la NASA, Skai Flying Car garantiza 644 kilómetros de autonomía y está previsto que llegue al mercado para 2021. Sin embargo, su precio de salida no estará al alcance de todos los bolsillos porque está tasado en 500.000 euros. Cierto es que siempre cabe la posibilidad de subirse como turista a uno de ellos como si de un taxi se tratase. De este estilo pero de otra marca son los que ya se pueden ver por Marbella, en España.