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Cómo Twitch está revolucionando el mundo del streaming

Cómo Twitch está revolucionando el mundo del streaming
La plataforma de contenido en vivo se convierte en un negocio millonario

Publicación:03-04-2021
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Twitch está creciendo fuertemente y gracias a esta desde futbolistas hasta personas que simplemente pernoctan abren nuevos canales para generar ingresos.

 ¿Cómo funciona, cuál es su atractivo y por qué avanza a ritmo vertiginoso?

Las pandemia nos ha cambiado, no hay duda de eso, para mejor o peor será motivo de discusión, pero lo cierto es que con la mayoría de las personas encerradas en sus casas las dinámicas sociales se han visto modificadas. Lo vemos en la manera cómo las personas están enamorándose, conociéndose o socializando. En medio de este escenario varias plataformas digitales que ofrecen facilidad para esas interacciones virtuales han entrado en auge. Y no nos referimos a las siempre confiables Twitter, Instagram o Facebook, sino a otras nuevas que han apostado por el streaming como principal de interacción, tal es el caso de Twitch.

Twitch nació oficialmente en 2011 pero sus orígenes se remontan a 2007 cuando Justin Kan, Emmett Shear, Michael Seibel y Kyle Vogt crearon JustinTV, una página web donde la vida de Justin se transmitiría 24/7 bajo la premisa que una cámara adaptada a la gorra de Kan les mostraría a los espectadores todo lo que hacía en su día a día. ¿Le recuerda a algo?

Esta suerte de Truman Show interactivo y constante comenzó a despertar gran interés en internet y a medida que fue evolucionando la página permitió que otros usuarios crearan canales donde también podían transmitir en vivo. Entre todo el contenido que empezó a ser compartido en JustinTv, los canales con partidas de videojuegos en vivo fueron los de más popularidad, haciendo que finalmente naciera Twitch como una página independiente enfocada en este nicho.

El concepto comenzó a evolucionar y expandirse, tomando cada vez más fuerza entre la comunidad gamer y desde allí empezando a llegar a todo tipo de personas que hoy hacen parte de una comunidad con 6 millones de streamers mensuales y más de 26,5 millones de espectadores diarios, una cifra que va en aumento mientras que lees estas palabras.

Desde jugadores de fútbol, celebridades, personalidades que hicieron fama en la propia aplicación, hasta personas que simplemente transmiten todo lo que hacen en un día (incluso dormir), Twitch es un mundo virtual donde se puede encontrar de todo y a donde cada vez más personas se están volcando en busca de interactuar con otros y, por qué no, ganar dinero con ello.

El primer boom de Twitch fue en 2014, cuando fue adquirido por Amazon por 1.1 billones de dólares, ganando una puja en la que participaron las empresas más grandes de la tecnología como Google, YouTube o Facebook. Pero Amazon ganó y aprovechó para hacerse con la compañía justamente en el momento en que juegos como Fortnite y Minecraft entraron en auge a nivel mundial.

Esto potenció a Twitch y la llevó a convertirse en la plataforma predilecta para los aficionados a estos juegos, por eso no debe sorprender que los usuarios con más fama y seguidores, como Ninja (16.6 millones de seguidores), Tfue (9.9 millones de seguidores) o Rubius (8.1 millones de seguidores) sean principalmente gamers de Fortnite.

El segundo boom de la plataforma se dio en medio de la pandemia y como efecto del confinamiento general por el coronavirus. En 2020, de acuerdo con la consultora especializada Streamelements, Twitch experimentó un crecimiento del 56% en el total de horas consumidas durante el primer semestre, superando entre abril y junio la marca de cinco mil millones de horas consumidas.

El año pasado cerró para Twitch con un aumento del 136% de canales activos y de sumar 39,2 millones de horas de transmisión en enero, a más de 79,4 millones en diciembre.

Según el propio Twitch, al segundo hay 2.5 millones de espectadores viendo sus canales y en 2020 alcanzó más de un trillón de minutos vistos.

Esta disparada en el consumo de contenido en vivo no solo está amenazando a gigantes consolidados de la industria como YouTube o Facebook, sino que está llenando los bolsillos de los streamers, y cómo no, de los dueños de Twitch.

¿Cómo se gana dinero en Twitch?

Twitch se presenta a sí misma como “la plataforma de transmisión en vivo líder en el mundo para los jugadores y las cosas que amamos” y aunque la mayoría de sus streamers siguen siendo gamers, hace tiempo dejó de ser una plataforma exclusiva para ellos.

Ahora, literalmente cualquier persona puede hacer transmisiones en vivo, hasta el punto de que gente se conecta para ver gente, comer, estudiar, trabajar o hasta dormir.

La cantidad de tiempo libre que trajo la pandemia y la búsqueda de las personas por nuevas formas de entretenimiento volcó a muchos creadores de contenido a incursionar en el mundo del streaming, y a abrir canales en Twitch donde conversan con sus seguidores de distintos temas o muestran como ellos mismos hacen su contenido, ya sea editar fotos, videos, o producir un tema musical.

Pero la plataforma no es atractiva solamente por el auge que está teniendo en estos tiempos pandémicos, sino por su manera de capitalizar el tiempo que inviertes en ella, la cual la vuelve una mejor opción de negocio que la propia YouTube, cada día más criticada por sus propios generadores de contenido.

Para empezar a ganar dinero lo primero que tienes que hacer es llegar a la categoría de afiliado, para eso deberás cumplir con requisitos como: tener 50 seguidores, streamear (transmitir en vivo) por ocho horas, hacerlo siete días distintos y tener un promedio de 3 espectadores por transmisión.

Una vez eres afiliado puedes ganar dinero de varias formas, Twitch es un negocio en crecimiento y todavía no tiene un modelo claramente definido por lo que depende del ingenio y creatividad de cada creador.

Sin embargo, hay varias formas para hacer dinero: la primera es por medio de donaciones, es decir, transferencias directas via Paypal o tarjeta de crédito en la que el espectador envía al streamer la cantidad de dinero que desee. Disguised Toast, un streamer taiwanés-canadiense con 1,8 millones de seguidores, dio a conocer que recibe hasta 2.500 dólares en donaciones mensualmente.

Esta es la forma más básica y directa de monetizar, pero algo debes hacer bien para que la gente quiera regalarte su plata.

En este punto hay que tener en cuenta que Twitch tiene su propia moneda digital, los bits, la cual se compra en paquetes por medio de Amazon y cuyo valor real es difícil de calcular, pero entre los paquetes ofrecidos unos 10.000 bits cuestan 126 dólares.

Otra manera, tal vez la más medible, es a través de los suscriptores. Una suscripción a Twitch cuesta 4.99 dólares, de los cuales el 50% va para la compañía, es decir, al streamer le entran 2.50 dólares por suscripción. Esto es un ingreso mensual mientras que esa suscripción se mantenga activa.

Las suscripciones les dan a los espectadores beneficios como emoticones exclusivos, un chat privado para suscriptores y contenido especial, entre otros.

También puedes ganar por anuncios publicitarios, que son videos de 30 segundos que se muestran a los espectadores cuando se conectan a un canal. Un porcentaje de las regalías que paga el anunciante a Twitch va para el streamer. Dicho porcentaje puede aumentar considerablemente si se alcanza la categoría de ‘partner’ (socio) para la cual un streamer debe cumplir con requisitos mucho más estrictos. A la fecha tan solo hay 30 mil usuarios en Twitch con esta categoría.

Por último, dependiendo al éxito de tu canal, pueden ingresar dinero vía patrocinios. Ya sean marcas que paguen por tus habilidades como gamer, para que promociones sus juegos o retransmitas sus eventos, o cualquier marca que quiera publicitar su producto en un canal con buen tráfico.

Se estima que un canal consolidado con buena cantidad de seguidores puede ingresar en promedio unos 20 mil dólares al mes, mientras que un canal pequeño (entre 50 y 140 seguidores) puede ganar entre 80 y 120 dólares mensuales.

Pero si eres muy, muy famoso, el cielo es el límite. Estos son, por ejemplo, los tres canales que más facturan anualmente en Twitch sólo sumando sus ingresos por suscriptores: Nickmercs (USD 1.516.358), Tfue (USD 1.414.518) TimTheTatman (USD 1.378.412). Hasta el puesto 8 de canales más rentables igualan o superan el millón de dólares anuales.

“Buenos tardes, buenas noches y hasta mañana”.

La icónica frase del personaje de Jim Carrey en el Show de Truman podría fácilmente aplicarse al mundo actual para tratar de sintetizar lo que está pasando con Twitch: personas que literalmente pasan las 24 horas de día transmitiendo en vivo y los miles de espectadores dispuestos a verlos.

Y es que la tecnología ha llevado las cosas un paso más allá que lo retratado por la película, en la que Truman era, sin saberlo, estrella de una especie de reality show donde toda su vida era transmitida por televisión.

La idea llegó a ser tan popularizada a finales de los 90 y principios del 2000, con películas como esta o Matrix, que un trastorno psicológico asociado con creerse dentro de una simulación o de un reality comenzó a ser nombrado como el síndrome de Truman.

Pues bien, es 2021 y lejos de un delirio hoy tenemos personas que como Ludwig Ahgren, que han convertido su vida en un “reality”, mientras ganan dinero con ello, cerrando un circulo que empezó con JustinTv en 2007.

Él decidió iniciar una maratón de streaming y vincular su duración al ritmo de suscriptores que fuera ganando su canal. Es decir, por cada nuevo espectador que decida suscribirse un conteo regresivo en un costado del canal gana 10 segundos. Esto amarra la duración del en vivo a la voluntad de sus espectadores

El experimento de Ludwig ejemplifica muy bien no sólo cómo está mutando Twitch, de una plataforma para gamers a una que aloja todo tipo de contenido, sino la tendencia actual de toda industria comercial (en especial las asociadas con el entretenimiento y la publicidad) de darle al usuario lo que pida, y literalmente entregarle el poder de tomar decisiones sobre el producto que quiere consumir.

La transmisión de Ludwig empezó el lunes 15 de marzo y cuando se dispuso a dormir tenía unas 18 horas de emisión por delante. Cuando se despertó al día siguiente ese numero había subido a 27 horas. Es decir que mientras dormía, su canal recibió un impulso tal que se convirtió en el streamer más visto de Twitch y en tendencia mundial de Twitter.

Dos semanas después Ludwig todavía está transmitiendo y aunque le queda poco menos de una hora en su contador, siguen llegándole suscriptores. Desde que empezó este reto el streamer estadounidense ha sumado cerca de 159,102 mil suscriptores, a 4.99 la suscripción básica, representa un ingreso de 795.510 dólares. Teniendo en cuenta que Twitch se queda con la mitad de cada suscripción, quiere decir que el bueno de Ludwig ha capitalizado en estas dos semanas de streaming ininterrumpido unos 400 mil dólares. Nada mal.

Para lograr tal hazaña Ludwig ha tenido que contar con colaboradores, pues las políticas de Twitch no permiten dejar desatendido el canal y el chat del mismo. No todo puede ser tan fácil como prender la cámara y acostarse a dormir.

Por suerte entre los suscriptores y moderadores del chat siempre hay temas de conversación y actividades, como otras transmisiones en paralelo de usuarios jugando algún videojuego, viendo programas de televisión, o cualquier otra actividad pensada para entretener a los espectadores.

Mientras está despierto, por su parte, Ludwig se dedica a jugar videojuegos, ejercitarse, comer, bañarse, y todo, menos sus idas al baño (afortunadamente) lo transmite en su infinito programa en vivo.

El caso no deja de ser curioso pues dentro de sus mismos suscriptores se comenzó a gestar un movimiento autodenominado #FreeLudwig, que busca liberar a el streamer de su propia gran idea, la cual, dicen, está un poco fuera de control. En el chat del canal se pueden leer sus comentarios, en los que piden a los espectadores dejar de suscribirse, para que Ludwig pueda por fin desconectarse después de 18 días al aire y contando. Algo similar con el deseo final de los espectadores de Truman, quienes sólo querían que él fuera libre, aunque eso significara quedarse sin algo que ver.

Twitch y la cultura pop

La creciente popularidad de Twitch ha llevado a varias celebridades a incursionar en la plataforma. Algo similar a lo ocurrido con el boom de OnlyFans donde cada vez más famosos están abriendo cuentas.

Tal es el caso del actor Terry Crews, quien en su tiempo en casa se ha dedicado a hacer streamings jugando con sus hijos alcanzando 91.5 mil seguidores. O de Will Wheaton, también actor y escritor que se hizo popular por ser el mejor amigo/enemigo del personaje Sheldon Cooper en La Teoría del Big Bang, que es un gamer con más de 11 mil seguidores en sus streamings de Twitch.

Pero también Chandler Riggs - Carl Grimes en The Walking Dead- Jordan Fisher o Felicia Day, tienen cuentas en Twitch donde juegan y comparten con sus fans.

Entre los jugadores de fútbol también es muy popular la plataforma, como en el caso de James Rodríguez, quien en su primer en vivo en Twitch jugando Call Of Dury: Warzone se estrenó con 16 mil seguidores. Por esa plataforma James ha compartido varias noticias sobre su condición física, que este último mes fue tema de gran polémica y especulación pues estuvo largo tiempo sin participar en los encuentros del Everton, su actual equipo.

Otros como Sergio “El Kun” Agüero del Manchester City o Antoine Griezmann del Barcelona, pasan sus tiempos libres transmitiendo partidas de FIFA en Twitch. El brasilero Neymar del PSG o Thibaut Courtois, portero del Real Madrid, son todas unas figuras en Among Us. Por su parte Joao Félix, del Atlético de Madrid, es aficionado a jugar Fortnite o Javier “El Chihcarito” Hernández, como James Rodriguez, prefiere Call Of Duty: Warzone.

Twitch, como muchos otros servicios de streaming y nuevas redes sociales que han florecido durante la pandemia, parece consolidarse cada vez más, ofreciendo un nuevo mundo de entretenimiento para sus usuarios en el que cada vez más tiempo se pasa frente a una pantalla observando a otras personas viviendo tras una pantalla.

Este círculo que se presume interminable muestra lo que puede ser el mundo en un futuro no muy lejano, donde cada vez el contacto físico y las interacciones frente a frente sean más extrañas, mientras nos entregamos a la realidad que creamos en nuestros mundos digitales.

“Y en caso de que no los vea, buenas tardes, buenas noches y hasta mañana”.

Por Jorge Cantillo



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