Cambian adolescentes útiles por armas en México

El viernes (26 de enero) de la semana pasada, un joven estudiante de 16 años del Centro de Investigación y Desarrollo de Educación Bilingüe (CIDEB) de la UANL, atacó a una de sus compañeras con un arma blanca.

Afortunadamente, las heridas no fueron de consideración y el agresor fue detenido y vinculado a proceso por los delitos de feminicidio en grado de tentativa y por lesiones calificadas.

Su caso remite a varios más que han ocurrido en escuelas alrededor de país, como el de un alumno que apuñaló varias veces a su maestra con unas tijeras en una secundaria de Ramos Arizpe, Coahuila, el pasado 4 de octubre.

Como en el caso del CIDEB, las heridas que sufrió la docente no fueron de gravedad y el joven fue detenido e investigado.

Otra situación similar fue la que padeció el estudiante Cristian Carranza, de 18 años de edad, quien fue víctima de una agresión por parte de dos compañeros de su escuela, en Texcoco, Estado de México; el 21 de noviembre del año pasado.

De acuerdo con el propio Cristian, sufría acoso en la escuela debido a que no contaba con una motocicleta como sus agresores.

La situación escaló al punto que le prendieron fuego y, luego de que sus otros compañeros intentaran apagar las llamas, ya era tarde, pues sufrió quemaduras graves de segundo y tercer grado en las piernas y en las partes nobles.

Tras estos ataques, incluyendo el de la joven que se desmayó debido a que uno de sus compañeros le aplicó una llave de asfixia en Pachuca el 29 de agosto o el de un estudiante que agredió con un martillo a su maestro por darle una mala nota en un plantel de Tabasco el 8 de mayo, las autoridades han aplicado el famoso ´Operativo Mochila´.

Si bien esta medida previene que ocurra un ataque con un objeto externo o un arma, como ocurrió en Monterrey el 18 de enero del 2017, no ha sido el método más eficaz para frenar los constantes ataques.

Tan sólo estos cinco casos se registraron desde el mes de mayo a la fecha, es decir, en un periodo de poco más de ocho meses.

¿Qué soluciones proponen las autoridades?

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) aconseja tanto a estudiantes como padres de familia y a los docentes a incentivar una sana convivencia dentro de las aulas a través del respeto hacia los demás y la constante comunicación adecuada, mientras que la Secretaría de Educación Pública ha publicado diversos protocolos para prevenir, detectar y detener este tipo de problemas en las aulas.

Por su parte, el gobierno de la Ciudad de México compartió sus estrategias de prevención de violencia, subrayando la importancia de las actividades de dispersión, como los deportes, talleres culturales y dinámicas recreativas, las cuales incentivan la comunicación entre los estudiantes.

Además, las autoridades capitalinas informaron que los padres de familia también están dentro de este protocolo de prevención, asistiendo a paneles y pláticas sobre la violencia, gestión del estrés, violencia de género, cultura de la paz, entre otros métodos.