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Muestra "La Ola" el poder de la manipulación

Muestra "La Ola" el poder de la manipulación
Aunque la temática parte de la memoria histórica del Holocausto, va mucho más allá de la revisión del fenómeno del fascismo

Publicación:13-09-2024

TEMA: #UANL  

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Participan maestros e integrantes del Taller de Teatro de la Facultad de Artes Escénicas, y se presenta en el Teatro Espacio Rogelio Villarreal Elizondo.

Impresionados y afectados por el Holocausto que vieron en su clase de Historia, los jóvenes de clase media urbana de un colegio de California se preguntaron la razón por la que nadie se enteró del genocidio de judíos, elementos marginales y asociales, ni intentó detenerlo, sin advertir que los mecanismos que llevaron al pueblo alemán a aceptar a Hitler podía convertirlos a ellos mismos en los nuevos exaltados y violentos nazis.

Esta es la espina dorsal que constituye "La Ola", obra de los dramaturgos españoles Marc Montserrat-Drukker e Ignacio García May, a cargo del director de escena Rennier Piñero, que se presenta en el Teatro Espacio "Rogelio Villarreal Elizondo" de la Facultad de Artes Escénicas.

La trama se basa en el experimento real que el profesor de historia Ron Jones realizó en 1967 con sus alumnos del Cubberley High School de Palo Alto, para mostrar la facilidad, apenas comprensible, con que una estructura de dominación tan sólida e integrada como la hitleriana se puede establecer.

El profesor Jones, interpretado por el maestro de la facultad Víctor Martínez, imbuye en sus alumnos la idea de formar un movimiento bajo los principios que engloban una autocracia: poder a través de la disciplina, de la comunidad (lo que los nazis denominaban comunidad del pueblo) y de la acción.

La energía y entusiasmo que absorbe a los jóvenes en ese propósito los lleva a denominarlo La Ola, por la fuerza que representa su desplazamiento; a adoptar un saludo, un carnet de adhesión, una camisa blanca, a la usanza de las famosas camisas pardas, todo, sin darse cuenta, a semejanza del nazismo.

La obra cobra mayor fuerza con la interpretación del profesor Jones que hace Víctor Martínez, ya que, con diálogos muy naturales, va construyendo la transformación de un carismático profesor hasta la del tirano mesiánico que ejerce profunda influencia sobre los jóvenes.

Ellos, en su movimiento La Ola, encontraron lo que deseaban a esa edad, la búsqueda de una identidad colectiva, con una sensación de omnipotencia, superando la heterogeneidad de su procedencia y origen, la puesta a prueba de sus fuerzas espirituales y corporales, concibiéndose como vanguardia de una utopía social.

En el trascurso del montaje van situándose los roles de los siete jóvenes, y ese es el reto actoral de los alumnos del quinto y séptimo semestre e integrantes del Taller de Teatro de la Facultad de Artes Escénicas, representar los estereotipos reconocibles: el chico vulnerable, la alumna inteligente, el alumno negro necesitado de aceptación, la joven amante de la literatura, el aficionado al surf y la chica simplona y manipulable.

No obstante la duración de más de dos horas, la puesta en escena bien hilvanada mantiene la atención del público que, gracias a la disposición del Teatro Espacio, tiene la sensación de tener un pupitre dentro del aula del instituto, no contemplando, sino formando parte de la "comunidad" de La Ola e inserto en la tensión dramática y atmósfera amenazadora que se logra generar.

La manipulación basta para que los quinceañeros que disfrutan de un ambiente de libertad pierdan y destruyan el sentido de justicia y de derechos, convirtiendo La Ola en un monstruo de la opresión y represión de sus compañeros.

Aunque la temática parte de la memoria histórica del Holocausto, va mucho más allá de la revisión del fenómeno del fascismo, involucra cualquier tendencia autoritaria y dictatorial, cualquier culto, movimiento y tipo de desprecio y discriminación por razones de religión, raza, género, condición social y económica. 

Los acontecimientos de 1940 y 1967 referidos en la obra, lo comentó el director Piñero al final al agradecer la asistencia del público, adquieren una tremenda vigencia debido a que la debilidad del ser humano ante el poder, la necesidad de reconocimiento o pertenencia y el silencio hacen posible conflictos como los de Somalia, Yemen, Ucrania y Gaza.

Destaca la disposición escenográfica en dos planos, el aula con sus dos filas de pupitres –a veces colocados en círculo– y un exterior que son los lockers y la biblioteca, mientras una pantalla, en sutil metáfora, proyecta imágenes del nazismo y de las guerras actuales.

Para la realización de la obra, hubo de solicitar el permiso del propio Ron Jones.

La obra se seguirá presentando el siguiente fin de semana. Jueves 12 y viernes 13 de septiembre a las 19:00 horas, sábado 14 y domingo 15 a las 18:00 horas.

Por: Edmundo Derbez    

 

 



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