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Lo virtual nos detona ante el mundo: Margarito Cuéllar

Lo virtual nos detona ante el mundo: Margarito Cuéllar
Poesía para los desarrapados

Publicación:18-05-2021

TEMA: #UANL  

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Cuéllar gana Premio Iberoamericano de Poesía, que le permitirá la edición de su obra en español y la traducción al portugués.

Algunos de esos poemas serán traducidos a idiomas como el ruso y el árabe, potenciando su escritura a todo el mundo.

Con Ensayo sobre la belleza y el desorden de las cosas, el poeta Margarito Cuéllar obtuvo el prestigiado Premio Iberoamericano de Poesía Pilar Fernández Labrador, en su octava edición, en Salamanca, España.

De esta manera, el escritor nacido en Ciudad del Maíz, San Luis Potosí, se mantiene como uno de los referentes obligados en la poesía iberoamericana contemporánea.

En 2019, Cuéllar obtuvo el Premio Internacional del Festival de la Lira 2019, en Ecuador con un libro ligado al Ensayo sobre la belleza…, titulado Teoría de la belleza. En 2020, se alzó con el LX Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez con el poemario Nadie, salvo el mundo, en Huelva, España.

Formado como periodista, Cuéllar interpreta la poesía como una necedad vital. Tallerista, maestro de maestros, padre adoptivo de tantas generaciones, el tono poético le otorga resistencia.

Poesía para los desarrapados

La nueva normalidad ha evidenciado grandes carencias sociales. Para el gran pedagogo brasileño Paulo Freire, la educación venía a dar cobijo a los desarrapados del mundo, los liberaba. La poesía asume ese papel en esta era digital.

“Los sin nada, esos desarrapados de los que habla Freire, ahora son más, millones en el mundo. Entre comer al menos una vez al día y la poesía, obviamente tomar alimentos es una forma de sobrevivencia, mientras la poesía una necesidad que a veces raya en la necedad”, comenta el autor de Estas calles de abril.

El poema es un objeto tridimensional punzocortante. Es catalogada arma blanca porque ayuda a resistir el embate del tiempo. La poesía de hoy es para lectores sobrevivientes.

“La poesía es en todo caso la luz que le va dando tono a otras artes, en principio, el elemento que ilumina el pensamiento. No tiene una función práctica, sino más bien de resistencia. En este sentido el poeta, el poema y el lector son sobrevivientes, náufragos de una época que padece todos los males, los afronta y pone en riesgo el futuro de la sociedad.

Margarito Cuéllar-  Poeta

“Quizá suena muy catastrófico o alarmista, pero no, nuestros gobiernos no solo han sido incapaces de acabar con la pobreza, sino que la han incrementado. La poesía, lamentablemente, tiene las manos atadas. Su campo de batalla son ahora las redes sociales.

“Competir por un like se convierte en un reto. El poema tiene todas las herramientas para trascender, pero sigue siendo un artefacto extraño para esos desarrapados de los que hablaba Freire”, explica Margarito Cuéllar, Director de la revista Armas y Letras de la UANL.

La virtualidad y la poesía

De aquel poemario Estas calles de abril, con el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía de la Universidad Autónoma de Zacatecas, ya han pasado muchos años.

Recuerda los primeros dos premios literarios de cierta importancia local y nacional que ganó, cuando su herramienta era una vieja Olivetti negra de teclas redondas. La poesía estuvo presente en su transición de lo análogo a lo digital.

“Traqueteada, pero para mí era un lujo. Ahí escribí unos poemas con los que gané el primer lugar de un concurso convocado por el Frente Cultural Universitario en 1979. El siguiente, ya en 1985, igual.

Margarito Cuéllar

“Tuve mi primera computadora hasta 1995, que compartía con Humberto Salazar, el Premio a las Artes de la UANL. Luego vino Internet y la virtualidad le abrió muchas ventanas a mi generación”, expresa el también profesor de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UANL.

La globalidad de las redes juega un papel de espejismo ante el arte. El soporte de la fibra óptica reduce distancias, pero también esclaviza.

“Lo virtual nos detona ante el mundo, a la vez que nos aleja del mundo y de nosotros mismos, paradójicamente. La virtualidad es una trampa. A la vez es una prueba de fuego para la fugacidad de la existencia. O te proyectas en redes para quedar bien con todo mundo o lees y escribes.

Margarito Cuéllar

“Ahora todo se mueve más rápido y en un mismo día podemos estar conectados con poetas de China, de Rusia, de Italia, España, Ecuador o Bolivia. En términos de difusión está bien, pero a la larga resulta desgastante. Sobre todo porque la virtualidad da visibilidad, pero también esclaviza”, subrayó el autor de Hoy no es ayer.

Necedad vital

El confinamiento dio soporte a la creatividad. Cuéllar está consciente de ser de alguna forma privilegiado, así que se ha dado a la tarea de retomar la traducción, ha regresado a estudiar, mientras retoma un camino hacia la música, el cine y otras artes.

“En abril cumplí 65 años. En junio mi acta de nacimiento ratificará esa edad. No puede uno pasarse la vida como el chavorruco de los premios o el chingaquedito de la poesía. Afortunadamente hay galardones para todas las edades y trayectorias.

“Pero un escritor se dispara a sí mismo si lo apuesta todo a los premios. De tal forma que hay que concluir el doctorado, publicar las entrevistas periodísticas, ordenar los ensayos, las crónicas, las notas sobre poesía y libros: poner punto final a una traducción de poetas brasileños. Ahora mismo, un equipo de traductores amigos trabaja en una antología de poemas para Estados Unidos”.

Margarito Cuéllar

Se pensaría que la poesía le ha dado todo, y aún hay más. Cuéllar espera la edición ecuatoriana de Teoría de la belleza, mientras prepara un libro de prosa con el tema de la enfermedad.

El premio en Salamanca incluye una edición en español y la traducción al portugués. Algunos de esos poemas serán traducidos a idiomas como el ruso y el árabe, potenciando su poesía a todo el mundo.

“En unas semanas aparece en Francia una edición bilingüe de mis poemas. Acaba de salir en Bogotá una edición en tiraje de ocho mil ejemplares impresos, en fin, esto no acaba hasta que se acaba la vida.

Margarito Cuéllar

“No tengo prisa por nada, cada día me voy haciendo la vida más ligera. Lo que sí extraño son los viajes. Pero ya pronto me ponen la segunda dosis (vacuna), y aunque hay que seguirse cuidando, creo que pronto vamos a pasar a los formatos mixtos, entre la movilidad y el encierro.

“También tengo a mis alumnos en la FCC, nos divertimos mucho y aprendo de ellos. Y mis talleres literarios, ahí tengo el reto de crear una escuela de escritores”, finaliza la entrevista.



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