Joven TEC
Joven atacada por perro funda refugio animal
Publicación:30-06-2023
TEMA: #Tec de Monterrey
Lo que comenzó como una terapia para rehabilitar a Dominique Trejo, se convirtió en un refugio que ha ayudado a más de 400 perros y gatos.
"Si observas detenidamente, en mi cara tengo unas cicatrices en la parte de la mandíbula derecha. A mí me mordió un perro de talla grande a la edad de 3 años", cuenta Dominique Trejo, mientras señala con su dedo la marca.
La herida fue profunda, de hecho le dijeron a sus padres que necesitaría varías cirugías reconstructivas. Afortunadamente, la piel sanó sola.
"Mis padres no querían que yo le temiera a los perros, así que a manera de terapia me llevaban a refugios desde pequeña. Nunca tuve ningún resentimiento, ni me acuerdo de ese accidente, pero en los refugios reforcé mi amor por los animales".
Incluso, cuando entró al Tec de Monterrey en Ciudad de México, vendía manzanas con chile para apoyar con fondos a los refugios que conocía.
La comunidad sabía de su labor y le acercaban casos de perros que necesitaban ayuda, pero los refugios no tenían espacio y ella no tenía corazón para dejarlos en las calles.
Una casita verde y malla de gallina
"No podía dejarlos en la calle, entonces empecé a rescatar perritos por mi cuenta, la idea era ser un hogar temporal, pero después del quinto perro perdí el control".
Instaló a los canes donde solía ser su área de juegos de pequeña. Lo único que había era un columpio: lo forró con malla de gallina y usó la estructura para separarlos.
"Ya éramos algo más que un hogar temporal, así que en redes sociales pedí opciones para el nombre y una amiga de la secundaria propuso Dogminiquee. Me encantó y se quedó".
"Los perros de la calle no son perros de la calle, son perros de todos"- Dominique Trejo
El refugio comenzó con una casa verde que hasta la fecha sigue en pie.
"Yo siempre digo que este es un refugio Tec porque su comunidad es quien nos apoya, dona y adopta".
Desde directivos hasta hermanos pequeños de alumnos, han acogido a perros y gatos del albergue de Dominique.
Las donaciones no eran suficientes
El primer reto al que se enfrentó el albergue, fue que las donaciones no eran suficientes.
"Me di cuenta que no íbamos a vivir de eso, así que comencé a vender cosas para mascotas para costear los gastos de comida y veterinario".
Un perro que viene bien y solamente necesita vacunas, desparasitación y esterilización, cuesta aproximadamente 3 mil pesos, pero si necesita cirugías el costo puede llegar hasta los 10 mil pesos.
Dogminiquee tiene un stand de ventas en el Tec Ciudad de México. Además, es apoyada por otros emprendimientos de alumnos del Tec.
México es el país número uno de toda Latinoamérica con mayor población de perros y gatos callejeros y ocupa el tercer lugar en maltrato animal, según el INEGI.
Por ejemplo, de un puesto de chapatas le dona un peso de cada compra, "El negocio creció y obtener ingreso de ahí". Y como este, otras marcas y emprendimientos la apoyan.
Además, tiene la fortuna de ser exalumna del veterinario que atiende a los animales del refugio y recibe descuento en consultas y procedimientos. "El veterinario es parte del refugio".
Al inicio rescataban sin medidas, pero con asesoría del veterinario establecieron protocolos de rescate, rehabilitación, cuarentena y adopción.
Lo más difícil de un refugio no es rehabilitar y alimentar
Cuando Dominique y su mamá pensaron que todo estaba resuelto, se enfrentaron a otro problema: alguien estaba usando el nombre del refugio y sus formatos de adopción.
"Si ese otro lugar no tenía las medidas que tenemos, los animalitos podrían contagiar a las personas de enfermedades y las responsables íbamos a ser nosotras".
En medio de esa crisis, el albergue recibió una donación para registrar la marca ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y la ayuda gratuita de un despacho de abogados. "De esta manera nadie puede usar nuestro nombre sin que tenga implicaciones".
"Yo siempre digo que este es un refugio Tec porque su comunidad es quien nos apoya, dona y adopta".
También las han acusan de robar animales, pero se asesoraron y aprendieron a levantar actas de hechos en el Ministerio Públicos, cuando el rescate implica animales de raza.
"Lo más difícil de tener un refugio no es tenerlos, rehabilitarlos, buscarles casa y comida, no es nada de lo que te puedes imaginar. Lo más complicado es hacer conciencia en la gente, tratar de hacerles entender que lo que están haciendo está mal".
Los casos más difíciles que ha recibido Dominique vienen de casa, de familias que los maltrataban.
Los perros de la calle no son perros de la calle, son perros de todos
El refugio está dividido por tamaños, edades y comportamientos. Tiene una farmacia propia, un espacio separado para cuarentena, zona de juegos y dormitorios.
Tiene un cupo máximo de 30 perros, cuando uno es adoptado, entonces otro puede ocupar su lugar.
Y los gatos se encuentran libres en la casa de la familia Trejo, lejos de los perros, para evitar peleas. Al año pasan por este albergue alrededor de 100 animales.
También hay un espacio muy especial para los que no sobrevivieron. "Hay casos que por más que lo intentamos no sobrevivieron, así que contratamos una funeraria para cremarlos".
"A lo mejor no tuvieron una buena vida antes, pero aquí sus cenizas están en un lugar especial, les armamos un altar". Ellos salen a pasear en noviembre, los invitan a eventos para recaudar fondos y el 25 de junio de 2023 salieron a marchar contra el maltrato animal.
México es el país número uno de toda Latinoamérica con mayor población de perros y gatos callejeros, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En nuestro país el 70% de los perros y gatos están situación de calle, es decir, más de 16 millones, casi el mismo número de habitantes que el Estado de México.
Además, México ocupa el tercer lugar en maltrato animal a nivel Latinoamérica, según el INEGI.
Para Dominique, "los perros de la calle no son perros de la calle, son perros de todos" y todos deberíamos ser responsables de ellos.
Un refugio sostenible
Dominique estudió Ingeniería en Desarrollo Sustentable y cuando su refugio ya estaba consolidado, se preguntó si estaba ayudando de alguna manera al medio ambiente.
"Me di cuenta de que ya lo tenía muy interiorizado, reciclábamos todo, pero lo hicimos de manera más formal".
Así creó "huellitas verdes", un programa donde limpian los espacios de la comunidad, recolectan basura, la separan y llevan a centros de reciclaje; las ganancias sirven para pagar el veterinario.
Además, tiene diversos programas para concientizar a preparatorias, secundarias y niños.
Dominique se gradúa este año. "No sé si seguiré creciendo con el refugio o qué va a pasar, pero agradezco mucho todo el apoyo que he recibido hasta ahora".
De la cicatriz por la que inició todo, no queda ninguna marca, pero sí la huella de más 400 perros y gatos que Dominique y su mamá han rehabilitado, amado y colocado en un nuevo hogar.
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