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Invertir en infraestructura para superar crisis educación

Invertir en infraestructura para superar crisis educación
Los problemas educativos en América Latina pueden afectar la competitividad, el crecimiento económico y la desigualdad en los países que la conforman.

Publicación:11-09-2021

TEMA: #UDEM  

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La deserción escolar en la región latinoamericana pudiese llegar a 15 %, según cálculos del Banco Mundial.

Rosa Morales, profesora de la Escuela de Negocios de la Universidad de Monterrey, reflexiona sobre la necesidad de buscar fórmulas que permitan reiniciar la educación de forma segura y evitar efectos prolongados en lo económico y lo social

La deserción escolar en la región latinoamericana pudiese llegar a 15 %, según cálculos del Banco Mundial, y sus causas se asocian a factores económicos, a los cierres de las escuelas debido a la pandemia y a la brecha digital en la mayoría de los países, de acuerdo a Rosa Morales, profesora de la Escuela de Negocios de la Universidad de Monterrey.

Para la catedrática, los problemas educativos en América Latina pueden afectar la competitividad, el crecimiento económico y la desigualdad en los países que la conforman.

"El panorama para América Latina en términos de educación es definitivamente de preocupar; es necesario buscar fórmulas que permitan reiniciar la educación de forma segura: hay que planificar e invertir en infraestructura física o digital de tal manera que la actual crisis educativa no tenga efectos prolongados en lo económico y lo social”, indicó.

En opinión del Banco Mundial, América Latina está atravesando por la crisis educativa más grande de su historia, ya que, desde el inicio de la pandemia de COVID-19, estudiantes de todos los países latinoamericanos han abandonado la escuela.

Morales señaló que la falta de infraestructura adecuada, como acceso a agua potable y tamaño de aula inadecuado para guardar la sana distancia, entre otros, no ha permitido un retorno seguro a las aulas en muchas naciones.

Por otra parte, destacó la profesora de la UDEM, la brecha digital ha hecho difícil que la educación en línea o a distancia, a nivel público e incluso privado, pueda ser un sustituto atractivo de la educación presencial a nivel de primaria o secundaria.

“Estos elementos han contribuido al abandono de la población en edad escolar a sus estudios; la deserción estudiantil significa para un país una menor población escolarizada y una probable disminución en el promedio de años de estudio alcanzado por sus habitantes”, mencionó.  

La doctora en Economía por la Claremont Graduate University comentó que los Nobel de Economía Paul Romer y Gary Becker establecen, respectivamente, que mayor educación implica mayor crecimiento económico de un país e incremento en los ingresos de sus habitantes.

La profesora de la UDEM expuso que, a través de técnicas estadísticas, Romer, junto con los economistas Mankiw y Weil, lograron probar que, a mayor porcentaje de la población con educación secundaria finalizada, mayor el crecimiento de un país.

Asimismo, continuó la economista, Becker estableció la relación entre educación e ingresos, determinando que mientras más años de estudios tenga una persona, mayores serán sus ingresos, lo que se traduciría en mayor calidad de vida y movilidad social, representando en algún momento una menor desigualdad económica.

Agregó que otro economista, Porter identificó que, a mayor educación, mayor competitividad de una región, país, estado o ciudad, en la cual no solo la escolarización es importante, sino también las habilidades que logran desarrollar las personas escolarizadas.

Por esta razón, a mayor y más actualizadas las habilidades de la fuerza laboral, se espera mayor capacidad de generar valor agregado y, por ende, mayor capacidad de competir a nivel global.

“De lo anterior se desprende que los temas relacionados con la deserción escolar, los años de escolaridad y las habilidades son clave para entender la dinámica económica y social de un país”, enfatizó.

“Quizás es muy pronto para cuantificar los efectos de los problemas educativos en el crecimiento económico y la desigualdad en América Latina”, reconoció Morales, “sin embargo, en términos de competitividad, ciertos indicadores nos dicen que un problema ya existente, se viene agravando en la región”.

Puso como ejemplo a Chile y México, los únicos países latinoamericanos posicionados entre los 50 más competitivos del mundo en 2019 en el ranking del Foro Económico Mundial, que ya mostraban problemas en sus indicadores de competitividad en habilidades educativas, ocupando los puestos 47 y 89, respectivamente, en términos de habilidades y escolarización.

El reporte de 2020 del mismo organismo muestra, que, en lo referido al cambio porcentual del conjunto de habilidades de sus graduados, de tres países latinoamericanos estudiados (Argentina, Brasil y México), solamente Argentina muestra un cambio positivo en este indicador entre 2016 y 2020, mientras que Brasil y México muestran cambios porcentuales negativos entre un uno y un cuatro por ciento en el conjunto de habilidades de sus graduados a todos los niveles.

Morales subrayó que, con respecto a los otros países de la región, dado los problemas en la recolección de los datos debido al COVID-19 o por la escasa capacidad estadística, es difícil establecer indicadores claros de habilidades, como sería el caso de Venezuela. 



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