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Recuerdan a francotirador ruso convertido en leyenda

Recuerdan a francotirador ruso convertido en leyenda
Un día 23 de marzo de hace 105 años nacía el mítico Vasili Záitsev.

Publicación:30-03-2020
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Él fue quien dio inicio a una escuela de francotiradores que nació a finales de 1942

Moscú, RUSIA / NTX Con más de 240 blancos abatidos, este francotirador soviético se convirtió en una verdadera leyenda. En cuestión de meses acabó con medio batallón de nazis y enseñó a sus compañeros a eliminarlos de un solo disparo durante la batalla de Stalingrado. Un día 23 de marzo de hace 105 años nacía el mítico Vasili Záitsev. Es un hecho bien sabido que los buenos tiradores siempre han sido apreciados y que eran muy demandados en tiempos de guerra. Sin duda, Záistev fue precisamente uno de ellos. Él fue quien dio inicio a una escuela de francotiradores que nació a finales de 1942, coincidiendo con la batalla de Stalingrado. A Záitsev se le atribuye el mérito de utilizar, y mucho, francotiradores durante la contienda. Su dedicación a la defensa de su país se refleja en el hecho de que incluso escribiese dos manuales para futuros francotiradores mientras luchaba en el frente. Luego, después de que terminara la guerra, fue condecorado con numerosas órdenes y medallas. Como consecuencia de su participación en la batalla de Stalingrado, Záitsev obtuvo una experiencia inigualable que luego pasó a sus aprendices. Sus métodos los usan los francotiradores rusos hasta el día de hoy. Sputnik relata la historia del camino de Vasili Záitsev.

MAESTRO DE LA PRECISIÓN DESDE LA NIÑEZ

Vsasili Záistev aprendió a disparar con precisión cuando era pequeño. Con apenas cinco años, a menudo acompañaba en el bosque a su abuelo, un cazador profesional. El abuelo enseñó a Záitsev a cazar en las condiciones duras de la taiga de los Urales, lo que forjó el carácter del futuro soldado. Desde la niñez estudió bien todos los pormenores de la caza mayor, cómo ocultarse sin ser detectado y cómo moverse por el bosque sin hacer ruido. El propio Záitsev cuenta el inicio de su camino como tirador de alta precisión en su libro Las notas de un francotirador. Su abuelo le inculcó mirar siempre a su alrededor y estudiar quién había estado en el bosque antes que él. Enseñó a su nieto a escuchar los sonidos de los pájaros. Si se acercan, ha llegado el momento de esconderse y esperar: “La presa se acerca a ti”, relata. No es difícil entender que toda esa experiencia le sirviese luego al futuro francotirador. El pequeño estaba progresando mucho y, cuando cumplió 10 años, su abuelo le regaló un arco hecho a mano. Dos años después le regalaron un fusil Berdan. El padre de Vasili Záistev le dijo entonces: “Haz que cada disparo cuente, aprende a tirar sin fallar”. El joven recordó estas palabras el resto de su vida y usó esta lección en la guerra. Pero incluso cuando sirvió en el Ejército, a partir de 1937, o cuando ya estuvo en Stalingrado muy pocos estaban al tanto de su talento. Al principio no fue fácil vislumbrar en él al francotirador legendario en el que se convertiría. Antes de ingresar en el Ejército hizo un curso de contabilidad. Cuando la guerra comenzó, trabajaba como simple copista en la Flota del Pacífico de la URSS, pero luego se convirtió en el jefe de un departamento financiero.

EL ASCENSO DE LA LEYENDA

Vasili Záitsev nunca fue una persona cobarde ni tuvo intención alguna de achantarse o de evitar participar en la guerra. Decidió defender su patria junto con millones de compatriotas. Para el verano de 1942 ya había dado cinco partes de su intención de ir al frente y solo con la última lo aceptaron. El problema fue la falta de experiencia militar. Pero los comandantes simplemente no estaban al tanto del potencial de Záitsev. En septiembre de 1942, después de haber participado en los ejercicios para el combate urbano, él y sus camaradas cruzaron el río Volga y llegaron a Stalingrado. Desde los primeros días de combates demostró ser un buen tirador. En octubre mató a tres soldados enemigos a 800 metros con un rifle convencional. Para aquel entonces ya había matado a 32 nazis. Pero aquel acontecimiento fue un punto de inflexión en la carrera militar de Záitsev. Como resultado, lo condecoraron con la Medalla al Valor y le entregaron el fusil de francotirador con mira telescópica. Los francotiradores contaban con mucha demanda en condiciones de combate urbano. Los francotiradores cazaban sobre todo a los oficiales del enemigo para desorganizar el control sobre las fuerzas invasoras. Vasili Záitsev se convirtió en el francotirador de Stalingrado más famoso. Creía que la principal ventaja era la capacidad de pensar de manera creativa e innovadora. La improvisación fue una parte integral de su táctica de combate. Precisamente Záitsev introdujo reglas que hasta el día de hoy se consideran un axioma para cualquier francotirador. Es importante cambiar de posición después de haber disparado dos o tres veces, ocultarse escrupulosamente, tratar de confundir al enemigo. Por ejemplo, cuando Záitsev rastreaba a los francotiradores nazis a menudo traía consigo un maniquí vestido con un uniforme militar del Ejército Rojo. Como consecuencia, el enemigo disparaba contra este cebo y Záitsev se enteraba de su posición. El as soviético introdujo el principio de la caza en grupo en la táctica de combate, según el cual tres pares de francotiradores cubrían la zona de combate. Los pares constaban de un francotirador y un observador. Estos grupos resultaron ser muy efectivos. Para aumentar la efectividad enseñó a sus aprendices a tomar notas en minutos de inactividad sobre coordenadas, distancias hacia las posiciones donde puede aparecer el enemigo, así como sobre las posiciones cómodas para disparar.. 



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