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Internacional Norteamérica


“¡Nos tiene que echar la mano!”

“¡Nos tiene que echar la mano!”


Publicación:22-11-2021
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Entre octubre de 2020 y septiembre pasado, Estados Unidos registró 1.7 millones de personas ingresando ilegalmente desde México

Washington, EU Entre cientos de migrantes que avanzan en caravana por México con el sueño de llegar a Estados Unidos , Elsa implora al presidente Joe Biden que le dé refugio para proteger a su familia de las pandillas hondureñas. "¡Nos tiene que echar la mano a nosotros que en verdad estamos necesitados! Si tuviéramos dinero, no fuéramos aquí", dice Elsa junto a su niña de ocho años y otras 800 personas, la mayoría centroamericanos, en una carretera del estado de Oaxaca. En Honduras se quedó su hija mayor, que acaba de dar a luz y "no tuvo valor de tomar camino por amenazas" de pandilleros, cuenta la mujer de 35 años, extremadamente delgada. Tras recorrer 500 kilómetros desde el 23 de octubre, cuando la caravana salió de Tapachula, Chiapas, Elsa Pineda y su hija sienten desfallecer. Pero siguen adelante para escapar de la pobreza y la violencia. Destinatario de su ruego, Biden quien recibió este jueves al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, para dialogar sobre la pandemia y migración, una papa caliente para el demócrata que llegó a la Casa Blanca prometiendo un trato más humano a los indocumentados. Su consigna provocó un "efecto llamada". Entre octubre de 2020 y septiembre pasado, Estados Unidos registró 1.7 millones de personas ingresando ilegalmente desde México, el mayor registro histórico. Elsa y su hija pasaron la noche amontonadas con otros migrantes en el piso de cemento de una cancha de básquet de Donají, empobrecido poblado del municipio Matías Romero, cubiertas con plásticos y mantas desgastadas. Les restan cientos de kilómetros, bien hasta Ciudad de México como planearon inicialmente los líderes de la marcha para exigir celeridad en los trámites de regularización, o hasta Sonora (frontera con Estados Unidos), como proponen otros migrantes. El destino es incierto. "Mi niña se ha enfermado, a veces no ha tenido fuerzas de caminar, he estado a punto de regresarme, pero al mismo tiempo digo a qué voy a regresar a mi país, tengo mucho peligro allá", relata la madre, tras denunciar que agentes migratorios retuvieron a su hijo de 15 años.


« Redacción »