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Publicación:22-03-2022
TEMA: #Conflicto Rusia-Ucrania
Tras el estallido de la guerra, decenas de parejas españolas lograron ser evacuadas de Ucrania con sus bebés tras las gestiones diplomáticas
MADRID, España/EL UNIVERSAL.- Ucrania ha sido tradicionalmente uno de los principales destinos elegidos por las familias españolas que buscan tener hijos mediante la gestación subrogada
y que ahora se han visto obligadas a salir apresuradamente del país por el conflicto bélico. Sin embargo, otros padres biológicos no han tenido la misma suerte. Tras el estallido de la guerra, decenas de parejas españolas lograron ser evacuadas de Ucrania con sus bebés tras las gestiones diplomáticas y con el apoyo de la cancillería ibérica, pero en los casos en los que el niño no había nacido, la situación adquiere tintes preocupantes: las gestantes ucranianas, que son madres y esposas y tienen familias propias, optaron por permanecer en el país. Según cálculos de agencias de gestación subrogada, 500 mujeres ucranianas estarían embarazadas como madres sustitutas para clientes extranjeros. Ante la ausencia de corredores seguros, el traslado de los menores no está exento de complicaciones, porque según las leyes ucranianas los padres biológicos deben estar presentes para confirmar la nacionalidad de decenas de bebés que esperan su entrega en las cunas apiladas en sótanos de ciudades como Kiev, bajo el permanente cuidado de niñeras. Además, todos los edificios gubernamentales se hallan cerrados a cal y canto, por lo que en el mejor de los casos nadie puede registrar al recién nacido, algo indispensable para que pueda abandonar el país. Las parejas no tienen la menor idea de cómo rescatar a sus bebés, que por ahora se encuentran identificados y bien atendidos porque, aunque muchos permanecen en espacios subterráneos, cumplen con las condiciones de salubridad y están convenientemente iluminados. No obstante, las asociaciones que defienden la gestación subrogada alertan de que una larga permanencia en los búnkeres puede acabar afectando física y síquicamente a niños de edades tempranas. "Las familias están asustadas y preocupadas por las gestantes y por sus hijos, pero no se resignan y quieren regresar por sus bebés. Algunas están intentando alcanzar las fronteras, que se hallan cerradas. Hay que buscar fórmulas que garanticen el reagrupamiento familiar, pero sin que peligre la seguridad de los matrimonios, de sus hijos y de las gestantes", señala un portavoz de una de las asociaciones españolas.
« El Universal »