Destruye la fuerza aérea ucraniana aviones rusos

La fuerza aérea ucraniana ha logrado un importante éxito al destruir tres aviones de combate rusos este sábado, según ha informado el jefe de la fuerza aérea, Mykola Oleshchuk, a través de la plataforma de mensajería Telegram. 

Los aviones derribados incluyen dos cazabombarderos Sukhoi Su-34 y un Su-35, y la acción tuvo lugar en la sección oriental del frente, en un claro golpe a las fuerzas rusas en la región.

Aunque fuentes rusas no han confirmado el derribo de los aviones, observadores militares habían informado previamente sobre el despliegue de sistemas de defensa aérea ucranianos cerca de la ciudad de Avdiivka, donde las tropas ucranianas se han visto obligadas a retirarse recientemente. 

Esta ciudad ha sido escenario de intensos bombardeos por parte de la fuerza aérea rusa, utilizando bombas guiadas de precisión, lo que hace aún más significativa la respuesta de la fuerza aérea ucraniana.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha resaltado la importancia de los sistemas de defensa aérea occidentales para su país durante su intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich. Estas declaraciones llegan en un momento crítico, en el que Ucrania se enfrenta a una creciente presión militar por parte de Rusia y busca el respaldo de la comunidad internacional para defender su soberanía y su integridad territorial.

La tensión en el aire es palpable cuando un avión de combate ruso Su-35 dispara un misil contra el caza pilotado por Silk, obligándolo a tomar una decisión rápida para preservar su vida. 

Con la orden de abortar la misión resonando en su mente, Silk desciende su MiG-29 a una altura peligrosamente baja, sorteando árboles y terreno montañoso con habilidad y concentración.

Para los pilotos ucranianos como Silk, las misiones cerca de la superficie representan un desafío único y extremadamente exigente. 

La baja altitud implica riesgos adicionales y elimina la opción de una eyección segura en caso de emergencia, lo que requiere una precisión y enfoque extraordinarios para completar la misión con éxito.

Mientras tanto, otros pilotos ucranianos como Juice, a bordo de otro MiG-29, enfrentan una amenaza constante por parte de los aviones de combate rusos Su-35. 

Estos aviones representan un desafío significativo debido a su movilidad y capacidad para detectar y neutralizar las aeronaves ucranianas antes de que puedan representar una amenaza real.

Con un alcance de misiles mucho mayor que los de Ucrania, los aviones rusos tienen una ventaja significativa en el combate aéreo.

El desequilibrio en las capacidades de combate entre las fuerzas ucranianas y rusas se hace evidente en el hecho de que los aviones rusos pueden detectar y atacar a las aeronaves ucranianas desde una distancia mucho mayor que la que estas últimas pueden alcanzar. 

Esta disparidad pone a los pilotos en una situación precaria, enfrentando una amenaza constante mientras realizan misiones en la primera línea en un entorno de combate cada vez más hostil.