Desafía Carney a Washington y pide respeto para Canadá

El primer ministro de Canadá, Mark Carney, afirmó que su gobierno no entablará negociaciones comerciales con Estados Unidos hasta que el presidente Trump respete la soberanía del país. 

En medio de una escalada de tensiones, Carney aseguró que, a largo plazo, la guerra comercial impulsada por Trump terminará afectando a los propios estadounidenses, lo que eventualmente los obligará a una negociación integral. 

Las declaraciones surgen después de que el mandatario estadounidense insistiera en que Canadá debería ser parte de EU y que su economía depende de su vecino del sur.

Carney se reunió con gobernadores provinciales en Ottawa para discutir la crisis comercial y anunció paquetes de ayuda para trabajadores y empresas afectadas por los aranceles estadounidenses.

Trump impuso un gravamen del 25% al acero y aluminio canadienses y ha amenazado con extender los aranceles a todos los productos de Canadá a partir del 2 de abril.  La incertidumbre ha provocado una reacción nacionalista en Canadá, con ciudadanos evitando productos estadounidenses y reduciendo viajes al país vecino, lo que ha impulsado la popularidad del Partido Liberal de Carney de cara a las elecciones parlamentarias anticipadas.

Ante el conflicto comercial, los líderes provinciales canadienses acordaron trabajar en un corredor nacional de comercio y energía que incluiría un oleoducto desde Alberta hasta el este del país. 

El primer ministro de Quebec, François Legault, anteriormente se oponía a la iniciativa, pero ha cambiado de postura ante las amenazas de Trump.

Actualmente, el 70% del petróleo utilizado en Quebec proviene de Estados Unidos, situación que Carney considera insostenible. 

Para acelerar los proyectos, el gobierno federal reconocerá las evaluaciones provinciales y buscará el respaldo de las comunidades indígenas.

Carney también anunció medidas económicas para mitigar el impacto de los aranceles, como la eliminación del período de espera para el seguro de desempleo de los trabajadores afectados y la posibilidad de que las empresas aplacen temporalmente sus pagos de impuestos sobre la renta y las ventas.