Condena la UE asalto a la embajada mexicana en Ecuador

La situación desencadenada por el asalto a la embajada de México en Quito continúa generando fuertes repercusiones a nivel internacional. 

Este domingo, la Unión Europea (UE) se pronunció enérgicamente condenando lo que describió como una "violación" de la sede diplomática mexicana por parte de la policía de Ecuador en su intento de detener al exvicepresidente Jorge Glas. 

En un comunicado oficial, la UE destacó la importancia de respetar la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas de 1961, subrayando que cualquier vulneración de la inviolabilidad de las misiones diplomáticas va en contra de dicho tratado y debe ser rechazada.

El portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior, Peter Stano, afirmó que proteger la integridad de las misiones diplomáticas y de su personal es crucial para mantener la estabilidad y el orden internacional, así como para promover la cooperación y la confianza entre las naciones. 

Estas declaraciones fueron respaldadas por el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, quien enérgicamente condenó el incidente y pidió el respeto del derecho internacional diplomático.

La reacción de la UE se suma a la indignación expresada por varios países de la región. 

México, afectado directamente por el asalto a su embajada, rompió de inmediato las relaciones diplomáticas con Ecuador, mientras que Nicaragua siguió el mismo camino el día siguiente.

Ambos países consideraron el incidente como una violación de su soberanía y del derecho internacional.

El rechazo internacional al asalto también se manifestó a través de diversas declaraciones de organismos internacionales y gobiernos de América Latina. 

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, así como el Departamento de Estado de los Estados Unidos, condenaron el acto, al igual que varios gobiernos latinoamericanos de diferentes orientaciones políticas.

Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela expresaron su solidaridad con México.

 Relación estratégica entre la UE y América Latina

La relación entre la Unión Europea (UE) y los países latinoamericanos ha sido históricamente significativa, marcada por una cooperación multifacética en diversos ámbitos. En términos comerciales, la UE es uno de los principales socios comerciales de América Latina y el Caribe, representando un importante mercado para las exportaciones de la región. En 2020, el comercio bilateral entre la UE y América Latina alcanzó los 177 mil millones de euros.

Además del comercio, la UE y los países latinoamericanos colaboran estrechamente en cuestiones de desarrollo sostenible, lucha contra el cambio climático y promoción de la democracia y los derechos humanos. 

La UE ha proporcionado apoyo financiero significativo a través de programas de cooperación y ayuda al desarrollo para abordar desafíos como la pobreza, la desigualdad y la protección del medio ambiente en la región.

En el ámbito político, la UE y América Latina mantienen un diálogo político regular a través de diversos mecanismos, como las Cumbres UE-América Latina y el diálogo político de alto nivel.

Estos encuentros sirven como plataformas para discutir asuntos de interés mutuo, incluyendo la promoción de la paz y la seguridad, la gestión de crisis y la cooperación en materia de migración.

Uno de los pilares fundamentales de la relación entre la UE y América Latina es el Acuerdo de Asociación Birregional entre la UE y el Mercosur, el cual busca fortalecer los lazos económicos y políticos entre ambas regiones.

Sin embargo, la ratificación de este acuerdo ha enfrentado varios desafíos, especialmente en lo que respecta a preocupaciones ambientales y derechos humanos.

En el contexto de la pandemia de COVID-19, la UE ha brindado apoyo adicional a los países latinoamericanos para hacer frente a la crisis sanitaria y socioeconómica. 

Esto incluye la provisión de ayuda humanitaria, equipos médicos y financiamiento para la adquisición de vacunas.

A pesar de los lazos sólidos que unen a la UE y América Latina, también existen diferencias y desafíos en la relación. Estos pueden incluir discrepancias en temas como la política exterior, los derechos humanos y el medio ambiente, así como barreras comerciales y regulaciones divergentes.