Adoptan enfoques contrastantes Harris y Trump para debatir

Kamala Harris y Donald Trump están adoptando enfoques radicalmente diferentes para prepararse para el próximo debate presidencial del martes.

Este enfrentamiento no solo reflejará dos visiones contrastantes para el futuro de Estados Unidos, sino también dos estilos opuestos de enfrentar grandes momentos políticos.

La vicepresidenta Harris ha optado por concentrarse en un entorno controlado, recluyéndose en un hotel histórico en Pittsburgh desde el jueves. 

Allí, ha estado trabajando con sus asistentes para perfeccionar respuestas precisas de dos minutos, tal como lo exigen las reglas del debate. 

El lugar también le permite interactuar con votantes de estados clave, lo que es parte de su estrategia.

Por otro lado, Trump, el candidato republicano, ha desestimado públicamente la utilidad de una preparación tradicional para el debate. 

En lugar de aislarse, ha continuado con sus eventos de campaña, confiando en su capacidad para manejar el debate de manera intuitiva una vez que suba al escenario en el Centro Nacional de la Constitución en Filadelfia.

Durante una conversación con Sean Hannity en Fox News, Trump citó al boxeador Mike Tyson: "Todos tienen un plan hasta que les dan un puñetazo en la cara", sugiriendo su enfoque más flexible.

Harris ha expresado que está preparada para que Trump recurra a insultos y tergiversaciones durante el debate, una táctica que considera probable dado su historial. 

Por lo que ha contratado al consultor demócrata Philippe Reines, conocido por su trabajo con Hillary Clinton, para que interprete a Trump en sus ensayos. 

Según Harris, Trump tiene un "manual" de falsedades que utiliza para atacar a demócratas, como lo hizo anteriormente con Clinton y Barack Obama.

Por su parte, el equipo de Donald Trump confía en su capacidad para poner a la vicepresidenta, Kamala Harris, a la defensiva durante el debate,  buscando retratarla como una persona demasiado liberal y vincularla con el historial económico de Joe Biden. 

El candidato repúblicano se ha preparado mediante reuniones informales con asesores y entrevistas con figuras clave como Tulsi Gabbard, quien ahora respalda su candidatura y ofrece una perspectiva valiosa por su experiencia previa al debatir con Harris. Siendo que ambas campañas consideran que este debate podría ser decisivo. 

Harris busca aprovechar el impulso reciente de su campaña, mientras que Trump pretende fortalecer su posición y atraer a votantes indecisos. 

El resultado de este encuentro podría tener un impacto significativo en una carrera electoral ya reñida y altamente polarizada.