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2023: ¿Otro comienzo para los republicanos?
Publicación:24-12-2022
TEMA: #EU #Política Internacional
Tras las elecciones de medio mandato en EU, expertos coinciden en que los resultados demuestran el clima de polarización que vive el país
2022 comenzó con muchos nubarrones para los demócratas. El partido y el presidente Joe Biden debían concentrar sus esfuerzos en las elecciones de medio término de noviembre.
Las cosas no pintaban bien, empezando por la tradición no escrita de que al partido en el poder no le suele ir bien en ese tipo de comicios.
Los republicanos, en cambio, parecían tener todas las oportunidades del mundo de demostrar su poder, recuperar el control de ambas cámaras del Congreso y dejar en claro que planeaban llegar a 2024 como los favoritos para quedarse con la Casa Blanca. La guerra que Rusia inició en Ucrania el 24 de febrero parecía ser la estocada final para un Biden que tendría que desviar recursos y atención.
Con la guerra y el impacto económico del Covid-19 arrastrando, las encuestas comenzaron a anticipar un tsunami rojo en noviembre. Analistas estimaron que lo más conveniente para los demócratas era que Biden anunciara su decisión de no buscar la reelección, para así permitir que caras frescas le dieran nueva vida a un partido que parecía herido de muerte.
La inflación sólo empeoró las cosas. Consciente del riesgo, Biden comenzó a liberar reservas de crudo, para aliviar la presión en las gasolinas. Tomó otra serie de medidas, para intentar reducir el impacto económico post-Covid y de la guerra, pero su impopularidad no paraba de crecer.
Al mismo tiempo, se incrementaron los flujos migratorios en la frontera sur y los republicanos aprovecharon las armas a su favor para apuntar a los demócratas. El expresidente estadounidense Donald Trump también tomó cartas en el asunto y, además de elegir a candidatos republicanos en diversos estados para apoyarlos, insistió en el ya gastado mantra de: "Si yo fuera presidente", con alusión al fraude inexistente en 2020 al que aún atribuye su derrota.
Llegó el 8 de noviembre, y mientras Trump se frotaba las manos, ansiando el impulso que el triunfo republicano daría a su candidatura presidencial, que todos veían venir, algo ocurrió.
Los resultados estaban lejos de lo que las encuestas anticipaban. El voto demócrata estaba mostrando una fuerza sin precedentes, arrebatando una gubernatura, otra, un escaño en el Senado aquí y allá.
Al final, los demócratas lograron su mejor resultado en décadas. Perdieron el control de la Cámara de Representantes, por mínimos, pero retuvieron el Senado. El resultado, en el primer caso, les permitirá negociar con los republicanos más de centro y, en el segundo, impedir que los republicanos más conservadores conviertan los últimos dos años de la presidencia de Biden en una pesadilla.
¿Qué fue lo que pasó? A decir de los expertos, los estadounidenses mostraron que, si bien es cierto que les importa el bolsillo, no creen que, en términos económicos, los republicanos puedan o habrían podido hacerlo mejor que los demócratas, pero sobre todo, los comicios revelaron un hartazgo hacia el argumento de fraude electoral y temor de lo que sucederá si los candidatos trumpistas, o Trump mismo, regresan al poder. La situación fue todavía más clara en aquellos estados donde había en juego temas como el del aborto. Los estadounidenses dejaron claro que no están de acuerdo con el retroceso que los republicanos más conservadores empujan en el país.
La lección más fuerte ha sido para los republicanos. Más que los demócratas hayan hecho algo bien, lo que los estadounidenses indicaron es que es hora de que los republicanos definan qué rumbo quieren seguir: más de Trump, o su propio rumbo.
Los resultados obtenidos por Ron DeSantis en Florida son una prueba de que los votantes están buscando y apostando por figuras republicanas más de centro, desmarcadas de Trump y todo el caos que significó.
Trump tuvo que conformarse con un anuncio de candidatura presidencial totalmente desangelado y lejos del arropamiento de hace unos años. Su propia familia optó por poner un punto y aparte. El trumpismo sigue siendo fuerte, pero se encuentra, a decir por lo que ocurrió en este 2022, en un momento delicado. En estas últimas semanas de diciembre, las encuestas muestran a DeSantis por encima de Trump. Se trata de un mensaje que los republicanos harían bien en escuchar.
Del lado demócrata, expertos siguen llamando a Biden a dar un paso al costado y permitir que un nuevo rostro contienda en 2024. Su edad no le ayuda y el partido necesita tiempo para impulsar cualquier figura que busque arruinarle la fiesta a los republicanos, como ya ocurrió en este año que termina.
Trump lanzó su campaña con el pie izquierdo y con visos de rebelión en el partido. Concluye 2022 como un candidato herido y, por lo mismo, peligroso. EU ya sabe cómo responde el magnate a los ataques y a las derrotas. Por eso, la respuesta republicana es clave. Los estadounidenses ya enviaron un mensaje. En 2023 se verá si el partido lo recibió y aprendió, o se arriesga a perderse nuevamente en el trumpismo y el caos.
Tras comicios, hubo "perdedores en empate"
Tras las elecciones de medio mandato en EU, expertos coinciden en que los resultados demuestran el clima de polarización que vive el país y agregan que no hubo un ganador.
William Jensen Díaz, asociado del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), declara a EL UNIVERSAL que "un ganador inequívoco no hubo" y agrega que "los resultados variados responden al clima de polarización". Aun, se puede hablar de que hubo "perdedores en empate", menciona Arlene Ramírez Uresti, licenciada en Relaciones Internacionales por el Tec de Monterrey Campus Estado de México.
En el Congreso, "hay una falta de cabildeo y el grado de polarización afecta, no sólo la votación, sino que (…) hay una falta de consensos", menciona Ramírez Uresti. Añade que "el panorama en EU es de una complejidad acentuada por la polarización radical de los conservadores que ha puesto al presidente Joe Biden a enfrentar nuevos retos". Ejemplifica que el actual mandatario encara aspectos económicos, como la inflación, "que le generan vulnerabilidad". Otra crisis que le pega al actual mandatario es la del fentanilo, dice la politóloga.
El analista internacional recuerda que "Biden disfrutó por dos años de un gobierno unificado, con mayoría en ambas cámaras, [viene] de uno que había sido sumamente productivo, con grandes proyectos legislativos, como el del cambio climático, aunque algo descafeinado"; sin embargo, tras los resultados en las elecciones de medio mandato, vaticina que "sí va a haber un cambio en la relación de poderes". Menciona que "con el gobierno dividido, va a ser muy difícil que salgan grandes proyectos legislativos". Jensen Díaz resalta que los demócratas entrarán en un proceso para buscar un nuevo liderazgo. En el lado republicano, indica, "hay una división muy grande, porque la gran ola roja no sucedió".
Sobre los grandes vencedores o perdedores de los comicios en EU, Ramírez Uresti menciona que "Trump y Biden pierden en empate". Mientras que Trump "pareciera que se debilitó. No el partido", la experta alerta que "crece el ala conservadora".
Jensen Díaz, sin embargo, señala que "Biden tiene uno de los mejores récords" en las elecciones "en su partido. Se lograron limitar las pérdidas y los republicanos enfrentan retos muy grandes". Añade que "cada partido logró tener resultados mixtos". Del lado republicano, agrega que "perdió el ala representada por Donald Trump". No obstante, el exmandatario "no está descartado" para obtener la candidatura presidencial.
Ramírez Uresti dice que "por su salud, Biden quizá ya no tenga empuje" para una reelección, pero concluye que "para junio se verá dónde van los congresos de los partidos y para junio se verán los verdaderos efectos de la actual política económica".
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