Regresa con 'Bardo' Iñárritu a México

Venecia, Italia.- Alejandro González Iñárritu salió de México con su familia el 1 de septiembre de 2001 y se mudó a California y lo que sería una estancia deun año se convirtió en 21 En Los Ángeles, su carrera cinematográfica floreció al ganar cinco premios Oscar, y trabajó con muchas de las principales estrellas de cine.Pero anhelaba México.

Su nueva película “Bardo (o la falsa crónica de un puñado de verdades)” es tanto su regreso a su país de origen como una expresión e interpretación profundamente personal (y completamente surrealista) de ese anhelo. Tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Venecia el jueves por la noche, donde se encuentra entre los títulos de la competencia.

Regresar a México para hacer la película, dijo, fue “como estar en un espejo, reencontrarse con un amigo. Totalmente diferente. La gente me encuentra diferente. Pero fue como reinterpretar, emocionalmente, un recuerdo”, dijo.

Sin embargo, “Bardo” no se trata de un cineasta tipo Iñárritu. Su suplente es un periodista y documentalista (Daniel Giménez Cacho) que también se fue de México a Los Ángeles 20 años antes, obtuvo un gran éxito y luego regresó a casa.

 “Esta película, como las demás, no ha sido desarrollada por mi mente sino por mi corazón”, dijo Iñárritu a través de un traductor antes del estreno de la película. “No quería escribir una autobiografía emocional, ese no era mi objetivo... pero estaba tratando de darle sentido a estos sentimientos, revelando muchas cosas sobre mí”.

La película también aborda ideas sobre el éxito. Un personaje dice que puedes tomar un sorbo de éxito, pero tienes que escupirlo después porque puede envenenarte. La línea, dijo, se la quitó a su propio padre, quien dijo que heredó el éxito y luego lo perdió.

 “Bardo” se estrenará en los cines el 18 de noviembre, antes de estar disponible en Netflix el 16 de diciembre.

 “Esta película también se proyectará en los cines, en México y Estados Unidos, esto es algo que realmente aprecio”, dijo. “Esto es algo especial e importante para mí”.

DESATA PASIONES

Para el crítico David Kehr "Bardo" son "172 minutos de película con un desenfrenado ego que no se lo desearía ni a su peor enemigo".

Carlos Aguilar, otro crítico y parte del consejo de críticos de Los Ángeles, la califica como una obra maestra: "Como alguien que salió de México, hace casi veinte años y que siempre lucha con la identidad nacional y la pertenencia adoré 'Bardo', una obra maestra trascendente y la mejor película del director desde 'Amores Perros'".

La crítica española, en su mayoría, la califica de monumental. Y ese vaivén de amor y odio parece una metáfora de la propia cinta que se mueve entre el repudio y el abrazo del éxito que encarna el personaje de Silverio Gama, el alter ego de Alejandro.

Quizá es una cinta que cala más en quienes han transitado los caminos del autoexilio o el destierro. En las culturas en las que la vida y la muerte se entrelazan y en la que la fantasía tiene cabida. Es como si el propio espacio denominado "Bardo", que es precisamente ese lugar entre la realidad y la interpretación de ésta, ese limbo, fuera una profecía autocumplida con esta película que sólo parece lograr anidarse entre quienes están dispuestos a habitar esa frontera de lo incierto. Habrá que ver qué dice el jurado y hacia qué lado decide inclinar la balanza final, pero por lo pronto "Bardo" ya se está convirtiendo en un mito.