Se declara Francis Ford Coppola en bancarrota

MÉXICO.- Francis Ford Coppola, una de las voces más audaces que ha dado el cine estadounidense, vuelve a ser protagonista de una historia donde el arte y la realidad se cruzan de manera inesperada.

El cineasta, conocido por impulsarse con sus propias apuestas económicas para dar vida a proyectos de gran escala, atraviesa un momento crucial tras el estreno de Megalopolis, su producción más ambiciosa y también la más costosa.

Ante el modesto desempeño comercial del filme —que apenas superó los 14 millones de dólares en taquilla después de una inversión personal superior a los 120 millones—, el director decidió desprenderse de una parte de su colección privada de relojes de lujo.

No se trata de una venta más: son piezas exclusivas que han acompañado su trayectoria y que ahora se convierten en símbolo del costo emocional y financiero de sostener el cine de autor.

Entre los siete relojes que han sido puestos en subasta, destaca un prototipo irrepetible de la prestigiosa firma F.P. Journe, desarrollado en colaboración con Coppola.

Fabricado en titanio y con un mecanismo que indica la hora mediante la forma de una mano humana, este reloj fue estrenado por el director en Cannes durante la presentación de Megalopolis. Su valor estimado ronda el millón de dólares.

La decisión del cineasta no solo refleja el golpe económico tras el estreno, sino también el desafío de sostener una visión artística en tiempos donde los modelos de distribución se transforman y el riesgo recae cada vez más en los creadores.

Coppola, siempre fiel a su espíritu, se mantiene esperanzado: confía en que sus obras —como ya ocurrió con algunas de sus películas más emblemáticas— serán apreciadas con el paso de los años. Aunque esta vez, reconoce, la espera podría ser mucho más larga.

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