"A mis 26, he tenido ocho trabajos en ocho años"

CIUDAD DE MÉXICO, octubre 15 (EL UNIVERSAL).- Por enfermedad, la búsqueda de mayor sueldo y mejor ambiente de trabajo, Susana Orvañanos tuvo que cambiar ocho veces de empleo en sus ocho años de carrera laboral.
Recordó que empezó a trabajar a los 18 años en una tienda donde "acomodaba ropa, vestía maniquíes, barría y trapeaba, eso era todo lo que hacía. Me salí porque me dio apendicitis a la semana siguiente de que entré, después de la operación los doctores me dijeron que no hiciera nada de esfuerzos y nada de cargar... así que me dieron las gracias" en ese trabajo, contó a EL UNIVERSAL.
De ahí llegó a un restaurante donde estuvo cuatro meses como hostess, pero no le daban Seguro Social, así que abandonó el puesto. Luego, por un año y siete meses, estuvo en una cadena de cines, donde renunció porque quería el puesto de coordinadora y no veía oportunidad para crecer.
Después, trabajó en un boliche. "Ahí duré bien poquito, como ocho meses, porque empecé a enfermar del riñón... Empecé a faltar por fiebre y también porque estaba en una edad inmadura y hacía lo mismo de siempre, me cansé y me salí".
Posteriormente estuvo en una tienda de autoservicio por un año, pero recayó por la enfermedad del riñón. Luego estuvo un año en un call center; se fue dos años a trabajar a Estados Unidos y regresó como empleada de otra tienda de autoservicio, donde estuvo cinco meses.
Buscó nuevamente trabajo en otro call center, donde estuvo 14 meses y actualmente está en uno más cerca de su casa.
"La verdad es que me va superbién, tengo vales de despensa, seguro de vida, bono de transporte, IMSS y hay transporte al Metro. Estoy a gusto porque sí tienen consideración sobre la salud", dijo y añadió que permanecerá ahí "por lo menos hasta que acabe la escuela o le baje un poco a las deudas y ya me meteré al trabajo que quiero".

Tres empleos en menos de un año

Naomi tiene 27 años, es diseñadora de modas y de febrero a la fecha lleva tres trabajos por diversas causas.
En la primera empresa no le renovaron el contrato por un problema con una gerente. Luego ingresó a una empresa de moda donde estuvo cinco meses, aunque desde el cuarto comenzó a buscar otro trabajo porque tardaba hora y media en trasladarse.
Ahora labora en una empresa de zapatos y ropa, que "está como a 40 minutos o 30 minutos de mi casa. Me siento bien, nada más que el ambiente es pesado en mi área". Explicó que el salario es proporcional al trabajo, mucho mejor que en las primeras dos empresas, donde "me pagaban la mitad de lo que la gente recibe por ese trabajo".
Detalló que ahora cuenta con las prestaciones básicas y solamente se cambiará de empresa para crecer o donde el sueldo sea más competitivo.